Una comedia mexicana que viene a brindarnos un rato de buen humor, y sobre todo muchas risas y carcajadas. Como tema central de este film, se encuentran la aceptación y la eliminación de estereotipos.
Brayan (Alejandro Speitzer) es un joven originario de Sinaloa, quien es un poco introvertido a diferencia de su familia que son hombres «machos», hombres de «rancho» para los que sobre todas las cosas está la hombría. Por otro lado tenemos a Claudia (Minnie West), una joven que vive en Ciudad de México, de familia «acomodad», viviendo en una de las zonas más exclusivas de la ciudad, y quien tiene distintos problemas de identidad, ya que su papá tiene una gran empresa y éste mismo la obliga a trabajar con él ya que dice que no la va a estar manteniendo. La empresa del padre es sobre bienes raíces.
Brayan se muda a Ciudad de México para expandir el negocio familiar, llega con 3 hombres, en una camioneta Suburban, con un look de rancheros en busca de una casa a donde vivir. El destino lo lleva a ser el primer cliente de Claudia, quien les renta la casa de Pedro Infante; estas personas le pagan con fajos de dinero y Claudia empieza a sospechar de la procedencia del dinero.
Brayan, al ver por primera vez a Claudia, queda profundamente enamorado y empieza a cortejarla para ganarse su corazón. La historia sigue su curso y Claudia lo rechaza al pensar que son narcos, y con el temor de que le vaya a pasar algo. El tío de Brayan «secuestra» al padre de Claudia y le muestra que ellos se dedican al negocio de la ganadería, y que están mudando su negocio de carnes norteñas para expandir el negocio.
Esta historia nos muestra una perspectiva diferente de los estereotipos que muchas veces nos fijamos en nuestro cerebro. En muchas ocasiones juzgamos a las personas sin conocerlas y creamos juicios sin antes preguntar. Esta película nos ayuda a tener una visión humorística del racismo que no sólo existe entre naciones sino que también se da dentro del mismo país. La forma de vestir, la forma de hablar y la forma de actuar no debe ser un motivo para que las personas sean tratadas de una forma distinta, y esta película nos deja el mensaje muy claro. Con una narrativa dinámica para el espectador, con un diseño de personas muy bien logrados.
«Me gusta, pero me asusta» se presentó en el marco del Festival Internacional de Cine de Guanajuato que cierra actividades hoy domingo en Guanajuato capital.
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