Por Asfaltos.
Vivimos todos en el mismo planeta, y sin embargo, muchos lo hacemos en completa desconexión con éste: la Tierra como un ente vivo, siempre en movimiento y en teoría en armonía con todos y cada uno de los seres vivientes. En teoría, porque al parecer, el ser humano ha aprovechado muchas de sus capacidades para hacerse sentir ajeno a lo natural, a lo primario, a lo elemental.
«Bosque de niebla» es la ópera prima de la realizadora mexicana Mónica Álvarz Franco, quien estudió medios audiovisuales en nuestro país y una maestría de documental creativo en Madrid, España. Detrás de ella, Mónica guarda una selección de cortometrajes documentales que la han forjado y traído hasta «Bosque de niebla», su primer trabajo largometraje.
Como todo buen documental, de manera íntima, con la confianza absoluta de a quienes retrata, Mónica consigue en «Bosque de niebla» un trabajo que nos motiva a reflexionar sobre nuestro papel como seres vivos en el planeta Tierra. A través de retratos íntimos de los habitantes de una comunidad en pleno bosque mesófilo, la directora nos presenta la posibilidad real de una convivencia sencilla y sustentable con nuestro entorno.
Para que la historia además resulte redonda, Mónica nos presenta a diversas generaciones. Desde los mayores, quienes trabajan y conviven unidos al sitio que les vio nacer, no entendiendo así otra forma que no sea la de una sustentabilidad real; hasta los más jóvenes, quienes con mayores conocimientos y estudios si bien también piensan en un futuro fuera de su pueblo, no dejan de pensar en una forma de regresar todo lo que su comunidad les ha brindado.
Además el retrato íntimo que Mónica nos presenta, cumple con un elemento que le convierte en un trabajo doblemente interesante. Con la intención adicional de que el mensaje presentado resultara absolutamente congruencia con la propia comunidad, la producción de «Bosque de niebla» se convirtió en la primera en nuestro país en compensar sus emisiones de gases efecto invernadero.
Para «Bosque de niebla» se usó entonces únicamente luz solar, las pilas de la cámara se cargaban con paneles solares y no hubo iluminación artificial; nunca se usó gas butano durante la filmación (se usó estufa de leña para calentar la comida y calentador de leña para el agua); y finalmente, en las locaciones de la comunidad protagonista no se utilizaba auto. Por lo anterior, la producción recibió el Certificado de Cancelación Voluntaria por parte de la ONU.
Necesaria entonces la presencia de «Bosque de niebla», primero por su valor cinematográfico, segundo por su ejemplo para con la responsabilidad ambiental que en todas nuestras actividades como humanos deberíamos de tener.
«Bosque de niebla» estrena mañana viernes 16 de febrero en Cineteca Nacional. Imperdible.
Con imágenes e información cortesía de Cineteca Nacional.
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