La Virgen de Guadalupe en la historia de México

Por Enrique Figueroa Anaya.

Probablemente el pasaje más popular en la historia de México, relacionado a la Virgen de Guadalupe, sea aquél en el que de camino a San Miguel el Grande Miguel Hidalgo y Costilla entró a orar a la iglesia de Atotonilco. Se dice que al salir empuñó frente a sus hombres la única imagen capaz de unificar a quienes le seguían en la lucha.

Sin embargo la historia de México está ligada a la figura de la también llamada Guadalupana. Un ejemplo de ello son las banderas que ondearon los hombres en búsqueda de la independencia de México, donde entre los «vivas» a la religión, a Fernando VII y a «la América», se les unió un viva a «nuestra Madre Santísima de Guadalupe».

En 1813, primero en marzo, José María Morelos y Pavón declaraba a la Guadalupana para ser honrada; y en septiembre, dentro de su documento Sentimientos de la Nación pidió establecer «por Ley Constitucional la celebración del día 12 de diciembre en todos los pueblos, dedicado a la Patrona de nuestra Libertad, María Santísima de Guadalupe, encargando a todos los pueblos, la devoción mensual.» Dos años después, en diciembre de 1815 rumbo a su ejecución, pasó frente a la Basílica de Guadalupe.

Ya en 1821, Agustín de Iturbide, convertido en emperador, creó la Orden Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe que no era otra cosa que una orden para condecorar a las personas leales a la breve monarquía.

En tiempos de los primeros presidentes de México también existen diversas curiosidades. El primer presidente mexicano, originalmente llamado Manuel Félix Fernández, cambió su nombre a Guadalupe Victoria como homenaje a la Virgen por el triunfo de la revolución insurgente.

Vicente Guerrero, también también presidente mexicano, depositó a los pies de la Virgen diversos trofeos; mientras que Benito Juárez, célebre por sus medidas firmes frente a intereses de la iglesia católica, decretó en 1859 que se declarase día festivo el 12 de diciembre.

En tiempos más recientes todavía queda fresca la imagen del ex presidente Vicente Fox Quesada, quien al conocer el resultado de las elecciones presidenciales de 2000, portó un estandarte de la Virgen de Guadalupe; el mismo día de su toma de posición, no sin protestas y polémica, uno de sus primeros actos fue acudir a la Basílica de Guadalupe.