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Por Asfaltos.
Siempre es difícil despedirse de alguien; ese fue el sentir de a quienes encariñados con su música, tuvimos que hacer lo propio con Gustavo Cerati. Si bien ya estábamos preparados para ello tras un largo estado de coma de poco más de 4 años, y si bien también significa un descanso para el músico y su propia familia; nunca dejará de ser triste la noticia.
Ya se ha dicho en todos los medios. El 4 de septiembre de 2014, por la mañana y a casua de un paro respiratorio, se nos fue Cerati. Con el tamaño de esa muerte, las redes sociales se inundaron de mensajes recordando al que fuera líder de Soda Stereo, y también un muy destacado músico solista. En la radio, escuchaba, su muerte sería equiparable a la de John Lennon por el peso del artista.
De Gustavo Cerati se escribirán merecidamente muchas cosas; pero siempre he pensado que el mejor homenaje para esas figuras que admiramos por su trabajo, es recordarles en plenitud; en el caso de Cerati no podría ser de otra manera: hay que escuchar su música y dejarse llevar por los sentimientos que ésta nos genera.
Por ello cuando me topé con una chava originaria de Culiacán, Sinaloa, llamada Rotceh Yamileth Villareal, sonreí y me emocioné. Si bien musicalmente no hay nada nuevo, ya que las dos versiones que elige Rotceh -Adiós y Puente, dos de las canciones más emblemática sy emotivas del argentino- permanecen muy similares a las originales pero en versión acústica; el verdadero valor de las versiones es la oportunidad. ¡Hace apenas dos semanas que se subieron a la red! Escribía Rotceh, muy acertadamente, «nos escuchaste, despertaste del otro lado«.
Cerati despertó en ese otro lugar al que nosotros, en algún momento, nos le uniremos. Hasta siempre, maestro Cerati.
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