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Selección musical y comentario de Eloise Cornelio Belmont.
A veces, pensar en abril es pensar en las lluvias de primavera que por momentos pintan el paisaje de gris; también es pensar en esos atardeceres calmados que pasan sin prisa. Abril es desconcierto. Es un punto miedo entre los resabios de un invierno lejano y tal vez la promesa del verano.
Ya lo había dicho T.S. Eliot en «The Wasteland (Tierra Baldía)», “abril es el mes más cruel”; y en ese contexto, tal vez inmortalizó el carácter pasivo de este mes que nos da tardes frescas y ansias veraniegas, pues como bien dijo Mark Twain: “¿Sabéis a lo que me refiero? Es la fiebre de la primavera. Así se llama. Cuando se padece, uno no sabe bien qué es lo que quiere y, sin embargo, el corazón duele de tanto anhelo.”
Así, con un corazón que anhela, les dejamos una playlist con un sonido no menos melancólico pero que también raya en el sueño y el deseo, con una selección de noise rock y shoegaze; nos perdemos en el onírico mundo de Wild Nothing, pasando por Diiv y las distorsiones que impregnan a la voz Zachary Cole Smith; nos topamos con algo del desencanto de Elvis Depressendly y un clásico para estas fechas: «April Skies» de The Jesus and The Mary Chain.
No es que queramos bajarles los ánimos, queridos lectores, pero es que la música permite jugar con las emociones, con el estado de ánimo y por qué no, ser un excelente compañía para esas tardes que pasan y se van con languidez, en espera de algo que no sabemos qué es, pero que a veces, le duele al corazón.
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