Miércoles nostálgico: ‘Cuando lleguen las lluvias’, de La Vieja Inés

Por Asfaltos.

¿Quién no ha tenido uno de esos momentos en los que, por un momento de vulnerabilidad, se deja todo y se sale a caminar? Así me pasó hace unos días, cuando con el agua a punto de caerse del vaso, salí a caminar… Tenis cómodos, una sudadera y mi siempre fiel acompañante iPod. La primer canción que se me vino a la mente fue la que les presento hoy, con nostalgia…

Miércoles nostálgico: ‘Cuando lleguen las lluvias’, de La Vieja Inés.

Juan Loya, Mauricio Aguilar, Ricardo López-Sains, Arturo Juáre y José Juan Maya formaron en 1993 un proyecto bajo el nombre de La Vieja Inés. Sumando además la colaboración de varios artistas, La Vieja Inés se fue haciendo de un nombre con base en su música diversa que mezcló ritmos como el rock, el blues, el jazz y hasta la salsa.

Banda de netas, con temas como el amor y la profundidad de la vida (hombre, qué bárbaro, si hoy vengo poético), La Vieja Inés supo combinar algo de crítica y de ironía en sus letras; así se fue ganando el cariño de la gente que le vio en sitios como el Rock Stock, el Bulldog Café, el Hijo del Cuervo y el mítico Rockotitlán. La Vieja Inés compartió escenario al lado de Café Tacvba, Cecilia Toussaint, La Barranca, Real de Catorce, Tex-Tex, Las Víctimas del Dr. Cerebro, y varios grupos clásicos más.

Triste y melancólica, «Cuando lleguen las lluvias» es la canción con la que recuerdo hoy a La Vieja Inés. Absolutamente desgarradora, estremecedoramente contundente, «Cuando lleguen las lluvias» habla de uno de los momentos más difíciles en la vida de uno (a cualquier edad): la despedida de algún amor. De estructura simple, pero acompañada de instrumentos que hacen bien lo suyo, «Cuando lleguen las lluvias» desgarra con detalles como:

«Si cuando lleguen las lluvias me ves parado
escurriendo tristezas sobre mojado
no creas que estoy llorando si ves brillando mi cara
es tan solo la lluvia que no para…»

Inevitable no tener los ojos humedecidos tras escuchar esta canción que sí, absolutamente, genera nostalgia y de la buena.