‘El Pancho en Navidad’, de Coyote Hambriento

Por Asfaltos.

Hace ya algunos meses alguien tuvo el detalle de escribirme un correo preguntando dónde podía dejarme un regalo que tenía para mí. El emisor, o en este caso emisora del mensaje, fue una chica que me entregó en la mano la copia de un álbum que me había confesado significaba mucho para ella. «Rock urbano del bueno», me dijo aquella Sara a quien le mando un abrazo grande, agradeciendo ante todo el gesto.

Sara, según me contó, nació y vive actualmente en el municipio de Chimalhuacán, sitio que dio nombre al álbum «Chimalhuacán King» que fue el que me regaló. El autor de este trabajo permanece de alguna manera en el anonimato, pues en realidad, poco o nada se sabe de él, como me percaté buscando información de él en el internet. Firmado por Coyote Hambriento, que es por cierto lo que significa en náhuatl el nombre de Nezahualcóyotl (municipio vecino), el «Chimalhuacán King» es una colección de rolas salidas del ronco pecho de este conjunto originado del meritito underground nacional.

Con un solo disco bajo el brazo, pero convirtiéndose de inmediato en un proyecto de culto, la fama anónima de Coyote Hambriento permite una infinidad de mitos que terminan -como sucede en muchos de estos casos- con la muerte del cantante y fundador de la agrupación. Lo cierto es que muy poco se sabe de este conjunto, que por lo menos a mí, me pone una tarea por intentar descubrir más de los autores de «Cuentos de hadas», «Coyotón» y «Pancho de Chimalhuacán».

Nutrida de esa dosis de realidad que caracteriza a los rockeros y cronistas urbanos, para recordar al Coyote Hambriento he elegido una rola que continúa con el ambiente previo al fin de semana navideño que nos acecha. Se trata pues de «El Pancho en Navidad», en la que el vocalista de la banda nos cuenta no sin una buena dosis de humor, cómo los empeños, las borracheras y los embargos son parte de estas fechas de «fiesta». Ah, por cierto, un muy sentido mensaje navideño para los políticos de este país, es incluido también en esta melodía que bien podrían poner en sus playlist de fin de año (ya saben, en lugar de esos horrorosos villancicos de siempre).

Foto: Kevin Dooley.