Por Asfaltos.
Independientemente de las creencias de uno, la música es la música, y si de entre los cientos de villancicos navideños se destaca uno, ese ha de ser indudablemente «Noche de paz». La melodía, traducida a más de 140 idiomas, es probablemente la canción navideña más famosa del mundo.
Para revisar la historia de «Noche de paz» habría que trasladarse a Oberndorf, Austria, a finales de la segunda década del siglo XIX. En aquella pequeña localidad, en la iglesia de San Nicolás, el sacerdote Joseph Mohr (letra) y el maestro de escuela Franz Gruber (música), interpretaron por primera vez la que es también una de las canciones más famosas del mundo.
Tocada por vez primera en guitarra, instrumento original que por cierto se puede visitar en el Stille Nacht Museum Hallein -que fuera la casa de Gruber hasta su muerte-, «Noche de paz» trascendió para siempre desde aquella primera interpretación, al punto de convertirse en 2011 en patrimonio intangible de la humanidad declarado por la UNESCO en 2011.
Rescatando el bellísimo «La niña del tambor» de Carla Morrison del que les platicaba hace unos días, en una de tantas interpretaciones de «Noche de paz», les dejo con esta sentida versión que espero revitalice su repertorio musical; como quisiera también lo hayan conseguido las otras cuatro canciones que les compartí en mis columnas musicales de la semana.
En fin, ya que nos leemos hasta el próximo lunes 26 de diciembre, ¡feliz Navidad 2017! ¡Felices fiestas a todos!
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