#HoyToca: La indignación en el caso de Daphne

Por Asfaltos.

La indignación regresó con el caso de Daphne Fernández, aquella joven que en enero de 2015 a los 17 años fue subida a la fuerza a la parte trasera de un automóvil. Incomunicada, pues le quitaron su celular, Daphne iba acompañada de cuatro jóvenes: dos adelante y dos atrás, rodéandola. De acuerdo al relato de Daphne, durante el trayecto fue víctima de toqueteos, introducción de dedos en la zona vaginal y una serie de burlas. El recuento de Daphne indica que todo terminó en un baño en la casa de quien conducía el automóvil, donde fue violada por éste.

El caso fue presentado por su padre en mayo de 2015, pero como muchas otras denuncias en este país, pasó desapercibida hasta que éste tomó cartas en el asunto, publicando una serie de videos en los que los implicados se disculpaban por lo sucedido con su hija. Fue así que se desató el clamor popular. Indignados, usuarios de redes sociales empezaron a mostrar su enojo mientras los llamados «Porkys» huyeron o se escondieron antes de que las autoridades pidieran por ellos.

Hijos de políticos y empresarios veracruzanos, los «Porkys» marcaban una cara más de un estado cuyo gobernador sigue prófugo de la justicia mexicana. Finalmente el resultado es que uno de los denunciados sigue prófugo, mientras que dos fueron detenidos y puestos a disposición de la autoridad para proceder con su acusación de pederastia.

El caso se había enfriado, y de momento no había nunguna novedad, hasta que el juez federal Anuar González sentenció que el acta por la que uno de los implicados había sido ecarcelado, resultaba inconstitucional. Lo peor, que sí hubo tocamientos a Daphne, pero que en el caso de Cruz no se realizaron en «actitud lasciva», por lo cual «no se encuentra demostrado fehacientemente el ‘abuso sexual'». Si bien la sentencia debía ser todavía ratificada por un tribunal colegiado, el escándalo fue mucho.

Sin meterme en los detalles legales, para los cuales es evidente que no soy el adecuado, el asunto aquí es que una vez más la inacción de la justicia mexicana es la que acarrea una serie de problemas que se van acumulando en un malestar social que sigue viendo con perplejidad que este es el país del «sí se puede», pero del «sí se puede salir impune».

La sensación de que se puede salir impune frente a una situación donde parece muy claro que hubo un abuso sexual en cierto grado, es tremenda y dramáticamente alta. El caso de Daphne, lamentablemente, no hace mas que ejemplificar la serie de obstáculos y barreras a las que se enfrentan las mujeres en nuestro país cuando se trata de búsqueda de justicia, y más aún cuando se trata de un caso de violencia sexual.

El caso, inclusive mencionado por expertos, puede servir como predecente para otros en los que en una situación similar, si no se acredita el goce o disfrute, se puede considerar que no hubo violencia.

El juez fue suspendido de manera temporal por el Consejo de la Judicatura Federal, mientras su fallo y otros suyos son sujetos a investigación. Sin embargo, también muy preocupante, resulta que en redes sociales hay quienes ya piden venganza contra su esposa e hijas. La sensación de la injusticia prende las alarmas para un brote más de violencia en búsqueda de llenar ese vacío que las autoridades están dejando. Paradójicamente la misma violencia que se rechaza, es respondida con agresiones de la misma manera que atentan una vez más contra la misma integridad de las mujeres.

En fin, con todo el rollo mediático que se está realizando en torno a este caso, un error muy craso sería que no se llegara finalmente a nada. Que no se permitiera que esta denuncia sirviera como precedente para dar un golpe de timón hacia la dirección correcta que nos llevara finalmente a acabar con esta sensación de injusticia; y sobre todo que se termine por tomar decisiones concretas que lleven a que nuestras madres, hermanas, hijas y amigas se sientan finalmente protegidas y seguras de que su integridad está protegida nada mas y nada menos que por la justicia mexicana.

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.