Por Sandyluz.
El 9 de abril de 1940, con la Segunda Guerra Mundial en pleno, las tropas alemanas invadieron la frontera de Dinamarca, violando con ello el pacto de neutralidad que los daneses habían mantenido. La posición, desde el territorio danés, era muy atractiva para ejercer control sobre Noruega. La versión alemana justificaba tal invasión con el argumento proteccionista de brindar apoyo ante invasiones anglo-francesas; se le pidió a Dinamarca no poner resistencia, pues de lo contrario Copenhague sería bombardeado. Los alemanes se aproximaron a la residencia del rey Cristián X, hiriendo solamente a un soldado danés y poniendo al monarca fuera de peligro. Bien se sabe que el pueblo danés contaba con la simpatía nazi, pues eran considerados con superioridad nórdica, al igual que los suecos y noruegos; así el Tercer Reich pensaba unirlos pacíficamente a su causa.
Y basado en este acontecimiento histórico, enterrado en las tibias arenas nórdicas, «Under Sandet» o «Land of Mine», película danesa-alemana, nominada, este 2017, al premio Oscar como «Mejor película de lengua extranjera». El disputado premio lo obtuvo la película iraní, «El viajante», dirigida por Asghard Farhadi, de la cual les platicaré en otra ocasión. «Under Sandet», con una producción, tema y enfoque realmente fuera de serie, se revela como un filme muy sustancioso y de mayor tamaño, como para no haber obtenido la estatuilla.
¿El conflicto que desencadena la trama? La formación espontánea de un pequeño grupo militar, conformado por unos cuantos adolescentes alemanes, capturados en territorio danés, quienes, bajo el riguroso mando del sargento veterano danés, Carl Rasmussen, son encomendados a la tarea de desactivar 45 mil minas que sus mismos paisanos sembraron, en costa oeste de Dinamarca. La única esperanza que tienen los chicos alemanes es la promesa hecha por el sargento Rasmussen: regresarán a su país, si terminan, con vida, tan letal quehacer.
El particular punto de vista, con que se cuenta la historia, genera un fuerte gancho para el espectador; y es que estamos acostumbrados al estereotipo del nazi rudo y despiadado que sigue sin escrúpulos los planes de su líder. En este filme, los más vulnerables son justamente los alemanes, quienes, a pesar de su frágil estampa, cuentan con la aversión y mala fama incluida con su nacionalidad. También, se agradece que en esta ocasión los aliados –específicamente «los gringos»– no tengan participación, ni heroísmo en las acciones de la historia; pocas veces nos preguntamos qué facción de los alemanes se oponía a los planes de Hitler y dónde quedaron esas historias que muestran la diversidad y el lado más humano, con que muchos otros alemanes vivieron las desgracias bélicas. Novedosamente, se muestra el punto de vista de un pueblo danés resentido, en medio del campo de batalla, sufriendo los rigores de una invasión extranjera que coarta la libertad y derechos individuales de sus habitantes. Luego, en este filme, los personajes alemanes son inmerecidamente odiados por sus captores.
Otra sorpresa que presenta este filme es justamente la manera de encarnar los personajes. Uno está acostumbrado a ver soldados nazis en plenitud, hombres «hechos y derechos»; genera sentimientos encontrados advertir que los chicos con los que cuenta Rasmussen apenas rebasan la pubertad y adolescencia. Esto nos hace repensar el papel que ejercieron muchos hombres y niños en tiempos de guerra, fueran del bando que fueran. El acatar las órdenes para la eficiencia de un ejército muchas veces va más allá de los deseos, conocimientos y creencias del reprimido soldado.
El personaje Carl Rasmussen también queda muy por encima del cliché del hombre bravucón, despiadado y enfermo de poder. En el día-día termina sintiendo piedad y aprecio por los chicos, quienes padecen pésimas condiciones laborales. Es difícil, cuando se está apartado del mundo, no compenetrarse con la única compañía con la que se cuenta: el perro fiel y el grupo de muchachos, asignado a tu cargo.
Las peripecias derivadas del conflicto (la extracción de minas cada día) son imprevistas, aun cuando podría creerse lo contrario. Es de sorprender que con un escenario, aparentemente simplista (una playa solitaria repleta de minas), la historia sea contada tan ágil y novedosamente; jamás aburre; jamás se sospecha qué viene a continuación. El clímax es desconsolador; el desenlace imprevisto, realista, pero alentador.
Así, es una grata sorpresa hallar una trama tan bien narrada, sin que la lengua extranjera sea impedimento, para la comprensión de la historia, para entablar empatía con otros seres humanos en contexto de guerra –alemanes o daneses. Esta historia nos enseña que todavía hay ángulos de la Segunda Guerra Mundial sin develar, aristas que encierran una reflexión con toda la escala de grises, a favor de la vida, sin importar nacionalidad o facción a la que se pertenezca. «Under sandet» muestra una historia de guerra emocionante, realista, conmovedora y novedosa, muy por encima de otros filmes taquilleros que entregan, empleando con el mayor de los clichés, a unos estadounidenses heroicos, invencibles y sólo ellos, filantrópicamente capacitados “para salvar al mundo”. Después de todo, no todos los alemanes eran nazis o malvados.
Zandvliet, Martin. «Under Sandet». Denmark und Germany: Nordisk Film and Amusement Park Films, 2015.
Sandyluz. “Detrás de la pluma…” Egresada del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Completó estudios de Creación Literaria en la Escuela de Escritores del Estado de México (SOGEM). También terminó una maestría en Estudios Humanísticos con especialidad en Literatura, en el Tecnológico de Monterrey. En un plano más relajado, es aficionada a los libros y a la escritura desde corta edad; ha escrito de manera informal cuentos y poesías; con uno de sus primeros cuentos ganó un concurso local del cual obtuvo su primer retribución económica y profesional, siendo ello un significativo incentivo para seguir escribiendo. La Literatura ha sido una válvula de escape para no enfermar de realidad. La fantasía reanima el fulgor de los sueños que soñamos dormidos y que soñamos despiertos…
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