Por Asfaltos.
Desde que fue anunciada en cines me llamó poderosamente la atención la película rusa «Guardianes»; y no, no porque esperara una innovadora historia o propuesta -sabemos que el cine de superhéroes es el «pan de cada día»-, sino mas bien por su origen. Poco, muy poco es el cine ruso que llega a nuestro país, y sin duda nada como la película que se estrena mañana en cines mexicanos: «Guardianes».
La película nos presenta la historia de los «Guardianes», seres humanos que adquirieron poderes extraordinarios tras una serie de experimentos realizados por el entonces régimen soviético en tiempos de la Guerra Fría. Como era de esperarse, al empezar la película somos introducidos de inmediato en la historia de cada uno de los futuros «Guardianes».
Como en cada equipo comenzamos por el que será su líder, Ler, el mayor de todos los «Guardianes» que posee un poder para manipular las rocas a su alrededor. De ahí en adelante pasamos por Ursus que se convierte en oso, Khan que es veloz y hábil con cuchillas de metal, y sí, desde luego, Ksenya, la mujer del equipo que tiene la capacidad de volverse invisible -además del otro poder de ser increíblemente atractiva-. ¿Los 4 Fantásticos, acaso?
La historia se va sucediendo como es previsible: los «Guardianes» son reclutados después de haber quedado en el abandono, pues la ahora Rusia necesita de sus servicios tras la aparición de un villano de igual o mayores poderes. Sí, ese villanao está conectado con los héroes; de hecho, digámoslo así, es algo así como «su padre». Los «Guardianes» sufren, aprenden, se unen, entienden que la amistad y la unión son la fuerza y vencen al villano. Vamos, ningún spoiler que les eche a perder la película.
Desde el momento en el que supe de «Guardianes» el atractivo que me animaba a verla era primero que era de Rusia, y segundo ¡que la vería en ruso! Tristemente la cinta no llegará en ruso a México, y mas bien se podrá disfrutar únicamente en español y en inglés. De cualquier modo, lo ruso nadie se lo quita a «Guardianes», lo que por cierto sigue siendo lo más interesante de la cinta. Porque sí, al final, es otra película de superhéroes más.
Sin ánimo de polemizar -o quizá sí-, «Guardianes» es igual a sus predecesoras estadounidenses, pero con menos presupuesto… Mucho menos. La cinta fue producida con 320 millones de rublos, lo que se lee como una cantidad abrumadora de dinero, pero que al convertirse a dólares no terminan siendo mas que poco más de 5 millones de dólares. Y sí, se nota.
La profundidad de la cinta es en ocasiones la misma que la de las otras cintas del género producidas en Hollywood, pero por la falta de presupuesto la cinta termina por sacar algunas sonrisas inesperadas. Y digo inesperadas, porque si bien al final de la cinta me quedé pensando en el tono de ésta, «Guardianes» es mayoritariamente una película que se toma muy en serio a sí misma y ahí falla.
Quizá, y quizá muy remarcado porque no soy yo el director ni creador de la película, si se hubiera optado por un camino más cercano a la sátirfa hubiese funcionado mejor. Y me atrevo a emitir el anterior comentario porque al final de la cinta, después de salvar a una Moscú «fantasma» -vamos, durante la batalla no hay ningún ser humano en la ciudad-, uno de los «Guardianes» menciona lo bien que se escucha la ciudad silenciosa.
Ahora bien, los efectos visuales no lo son todo, es cierto, pero sin éstos las fallas de los actores quedan aún más marcadas y evidenciadas, lo que perjudica aún más a la cinta.
A pesar de lo anterior «Guardianes» tiene sus curiosidades, sin embargo lamentablemente la propuesta no pasa de ahí. Sin algo distinto que ofrecer a sus contrapartes de Hollywood, «Guardianes» queda expuesta con todo y sus errores frente a un público que decidirá al final con su poder de compra este fin de semana.
Con imágenes cortesía de Corazón Films.
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