Texto por Antonio Montes.
Fotos por Alexis Castillo.
Un concierto nostálgico para las generaciones Baby Boomer y X, donde la banda británica The Alan Parsons Symphonic Project, acompañada de la Filarmónica 5 de Mayo, hicieron gala de su trayectoria de 40 años y grandes éxitos con una emotiva fusión entre instrumentos clásicos y actuales en el Auditorio Nacional; siendo éste uno de los recintos más icónicos e ideales para que las notas se entremezclaran, lo que permitió que los asistentes tuvieran flashbacks y por ello un apapacho al alma.
Aunque la banda es considerada rock progresivo, podemos sentir en su estilo propio, la influencia de la época de los 70 y 80 como son Jean Michael Jarre, Jethro Trull entre otros.
El recorrido en el tiempo inicia cuando The Alan Parsons Symphonic Project y los más de 40 músicos articulan de manera sincrónica “Standing On Higher Ground”; posteriormente, unas de sus emblemáticas canciones “Don´t answer me” y “Time”, lo que inmediatamente enciende el ánimo de los asistentes, así como a la entrega por parte de Alan y el vocalista líder Paul Josef Olsson.
No podía faltar dentro del repertorio, el estilo electrónico de la banda “I Robot”, misma que fue antecedida por “Ammonia Avenue”.
El apogeo llega en el instante de la introducción de “Breakdown”; al rato clamó Alan un acompañamiento de la audiencia para dar gritos de libertad cantando el unísono:
«Freedom, freedom, we will not obey. Freedom, freedom, take the wall away. Take the wall away!»
Sin entre cortos se enlazaron ““Don’t Let it Show”, “Luciferama”, “Old and Wise”, “Damned If I Do” y “Silence and I”, pero con una interpretación enérgica y con algunos arreglos llegó “Prime Time”, lo que hacía parecer que se enfilaba de manera inminente el final de la velada; la ejecución de “Eye in the Sky” lo confirmó, pero no sin antes poner los sentimientos y emociones a flor de piel, por su letra y acordes que evocan a un amor perdido y dolor interno.
La gran ovación y entrega del público mostrada hacia Alan, al resto de la banda y la filarmónica fue evidente, de tal forma que la despedida final fue con “Dr. Tarr and Professor Fether” y “Games People Play”.
Con lo anterior en mente, el concierto fue una gran velada, donde no hizo falta una gran coreografía y juego de luces estridentes debido a que The Alan Parsons Symphonic Project y la Filarmónica 5 de Mayo brillan por sí mismos de una manera elocuente y fusionados dejando un grato sabor de boca que se disfrutará por un buen tiempo.
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