Texto y fotos por Adyerin Rueda.
Al fin la gran noche de la araña llegó a El Plaza Condesa cuando Hocico, acompañados de DJ Scorpion, Korengal, La Bande Son Imaginaire y Nfektado; hicieron del pasado sábado 23 de junio uno de los avernos más poderosos del EBM industrial.
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Todo comenzó bailando…
En punto de las 20:00 horas, Korengal hizo su aparición en el escenario. Después del set electro de DJ Scorpion, el proyecto nacido de Bestias de Asalto calentó los motores de la maquinaria fan animando los cuerpos con su híbrido de industrial y cybergoth.
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Apareció el horror…
Desde las tinieblas de Oaxaca y los hechizos del mezcal aparecieron los tres miembros de La Bande Son Imaginaire, una propuesta jazz de gótico e industrial que deja en claro que lo que sobra en México es talento. Con un violinista romántico vestido de holanes, una tecladista eufórica enfundada en charol y piel, y con un vocalista terrorífico bajo un sombrero típico oaxaqueño cautivaron con su show «teatral» a las sombras que estaban deseosas de brincar.
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Un ruido feroz…
Bajo las luces rojas que acariciaban la oscuridad del recinto, desde Texas, Nfektado infectó a todos con su EBM cybernoise. Con una mecánica voz feroz saliendo de la característica mascarilla de la escena industrial underground, prendieron la pista y las ansias por la arácnida rabiosa.
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El infierno en la tierra…
Para las 22:20 horas la noche estaba ardiendo, la pantalla que colgaba sobre el escenario se iluminó escupiendo imágenes de arañas; un atril con huesos y cráneos se mostró y Racso Agroyam se instaló detrás de sus enigmáticos sintetizadores. El beat de «Scars» abrió el telón del infierno para que Erk con su agresiva voz exigiera a los asistentes violentos rugidos.
“¡Queremos su furia México! ¡Esta noche es nuestra!”, gritó Erk al público con una energía sobrenatural para entonar «Sex sick» y «I abomination» complaciendo a la audiencia con un bloque totalmente EBM industrial hipnotizante para bailar. Cabezas poseídas giraban y danzaban presumiendo largas cabelleras, mohicanas y cráneos rapados.
«Bite me» despertó la agresividad que se había reservado para darle la bienvenida a la maldad. “¿Alguna vez te has enamorado de alguien que no te correspondió?”, invocó un grito al unísono pues la famosa canción «Ecos» no fue descartada de la setlist del Spider Bites Tour.
La destrucción cyber de «Poltergeist» continúo la sesión de danza electro dark al igual que «Dead trust» y «Tiempos de furia».
Los desgarradores gritos y sonidos extraños de «Hell on earth» anunciaban el comienzo de un bloque más agresivo para llevarnos al averno del pasado y recordar los inicios de un Hocico más enojado y tenebroso.
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Y terminamos gritando…
Nadie esperaba un encore tan nostálgico y especial con sus melodías más oscuras, llenas de teclados, bajos y tétricos sonidos. «Odio bajo el alma» le dio una sola voz a El Plaza Condesa transportándonos a un viejo 1997 cuando la banda estaba por alcanzar un éxito que los catapultaría como ícono internacional.
Aquella sangre hirviendo que los caracteriza se hizo presente con «Sexo bajo testosterona», una canción que han interpretado en escasas ocasiones y que los dio a conocer en las calles de su país. “¡Es asqueroso pero me encanta!”, aulló Erk contagiando el ambiente de una contradictoria melancolía feliz.
El show terminó, “no nos importa por quién vayan a votar ni quién gane, sólo recuerden que el poder lo tienen ustedes”, dijo Erk Aicrag mostrando el lado político de la música y la postura de una banda que intenta expresar todo lo que tiene mal al mundo.
Hocico probó que Spider Bites Tour contiene la esencia de la banda y es un reflejo de su evolución, calidad musical e interpretativa y, aunque no decepcionaron, nos dejaron con mucha hambre en el alma, hambre en el interior.
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