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Peace llegó en el 2013 con su álbum In Love y ha demostrado que va a quedarse y ocupar un puesto como banda preferida entre el indie rock.
Sin duda fue una de las propuestas más interesantes del año, lograron emocionarnos y nos hicieron recobrar la fe en la música de nuestra generación.
Con aire desenfadado, el cuarteto inglés de Worcester, conformado por los hermanos Harry y Samuel Koisser en guitarra y bajo respectivamente, junto con la guitarra melódica de Douglas Castle y la batería de Dominic Boyce, llegaron con un álbum que produce todo tipo de sensaciones y recordándonos porque es que amamos tanto la música.
No necesitan un sonido del todo duro, pues tienen canciones que casi te producen el llanto como Float Forever o California Daze, en donde la voz de Harry transmite todo el sentimiento que un músico debería imprimir en sus canciones, aunque no se estancan y tienen otros hits como Follow Baby o Wraith, con los cuales llegaron a posicionarse este año.
Tienen el manejo necesario de las guitarras para que su sonido destaque entre lo mejor de la escena indie, un atrapante aire de rebeldía ligera y letras que hablan de lo que se debe hablar: amores, rock, recuerdos y corazones rotos.
La voz de Harry a veces nos puede recordar a Ezra Koenig de Vampire Weekend, pero siempre con un sello que hace que Peace ya se haya vuelto un favorito y gran apuesta para el indie-rock, ocupando, por la energía y el sonido, un lugar junto a bandas como The Kooks, Franz Ferdinand y Arctic Monkeys.
Es interesante escuchar Lovesick, que tiene cierto aire a serie adolescente noventera o Bloodshake, con toques en sus notas y composición, que los fans de Two Door Cinema Club agradecerán escuchar y más que probable, terminarán amando.
In Love es un disco que merece la pena escuchar de inicio a fin y sin duda, Peace, una banda de la cual hacerse asiduo pues tendrán mucho que ofrecer en el futuro.
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