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Archy Marshall, un chico de cualquier suburbio inglés, mejor conocido como King Krule, es quien ha puesto de cabeza a la música creando un nuevo concepto que sin duda cambiará la manera en que la industria se percibe.
Nacido en 1994 y con una infancia no del todo funcional, el inglés parece haber canalizado toda esa “rareza de porquería” —como ha llegado a declarar en varias entrevistas— en las difíciles, algo extrañas, pero sin duda originales composiciones que lo han hecho notar como una voz prometedora de esta generación.
Dentro de su interesante y corta biografía se encuentra el diagnóstico de una enfermedad mental y el insomnio que lo llevaba a escuchar a The Pixies y The Libertines para intentar conciliar el sueño.
Como si éste background no fuese lo suficientemente interesante, el resultado lo es aún más: la creación de algo nuevo, combinando elementos variados que logran algunas de las expresiones musicales más interesantes de nuestros tiempos. Basta mencionar las influencias de jazz, rockabilly y de orquesta, hasta Morrisey y Sonic Youth. Éste bagaje es sin duda el responsable de que pueda lograr creaciones como Portrait in Black and Blue o Lead Existence, incluidas en su EP King Krule.
Podríamos compararlo tan sólo con los últimos trabajos de These New Puritans, puesto que su sonido no es fácil, pero sin duda es irreverente y reta a quien escucha a aguzar sus sentidos. Sale del orden preestablecido y, obligadamente, está dejando una marca en la música de hoy día.
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