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Por Asfaltos.
La esperada presentación de Birdman, del director mexicano Alejandro González Iñarritu, cumplió con las expectativas en la inauguración del 12° Festival Internacional de Cine de Morelia. La película es un deleite visual y sonoro; las actuaciones del elenco -destacando las de Michael Keaton y Edward Norton- son estupendas. La música es simplemente deliciosa.
Presentada en el marco de la inauguración del 12° FICM -el pasado viernes 17 de octubre-, Birdman es en palabras de su director: un baño de «humildad». El director de Amores perros, 21 gramos, Babel y Biutiful, deseaba contar una historia «más humana», de esas que dijo él que ya casi no hay.
Con el trabajo espectacular del también mexicano Emmanuel Lubezki, la fotografía es simplemente sobresaliente. La película es contada en sus primeros actos con un juego en donde con trampas se nos hace pensar que en efecto todo pasa en una sola secuencia; algo que verdaderamente hace que la forma de llevar a cabo la historia resulte sensacional.
En el apartado musical, otro que me mantuvo al filo de la butaca por la delicia que es siempre escuchar el trabajo de un experimentadísimo Antonio Sánchez, el resultado es fascinante. El trabajo a cargo del baterista de jazz mexicano es estupendo. Funciona a la maravilla para entender la complejidad del personaje de Keaton, un actor que dos décadas atrás interpretó al héroe Birdman; y que ahora se debate el seguir siendo relevante con la adaptación de una obra de teatro.
Con actuaciones -además de las de Keaton y Norton- de Emma Stone, Zach Galifianakis y Naomi Watts, entre otros, el elenco de Birdman resulta un conjunto de gran talento dentro de lo que es evidentemente una proyección de las propias locuras del director mexicano. El personaje de Keaton, si bien tiene guiños al trabajo que hizo precisamente hace 20 años con Batman, tiene más de Iñarritu que de él mismo.
Sin embargo, y a título personal, pareciera que hacia el tercer y último acto la solución de Iñarritu para el final no es la más afortunada. Algunos elementos que nos sacan del común denominador de la cinta hacen pensar que se titubeó un poco con la contundencia del final, si no es que mas bien fue intencional el terminar envueltos en las alucinaciones de una mente en constante movimiento de la que terminamos presas.
Lo que sí es cierto es que Birdman es una cinta que debe verse en el cine sin duda alguna. A criterio de cada quien la cinta cobrará un significado distinto; aunque de manera casi rotunda creo que en el apartado técnico, los reconocimientos serán unánimes.
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