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Por Asfaltos.
Es uno de los nombres más importantes del prestigiado Festival de Cannes; y eso ya es mucho decir. Descubridor de muchos cineastas, cinéfilo empedernido y quizá uno de los vínculos más importantes entre el cine y el los inversionistas que gustan de él, Pierre Rissient es uno de los invitados de honor de la edición 12 del Festival Internacional de Cine de Morelia.
A través del documental Pierre Rissient: Man of Cinema, del director Todd McCarthy, conocemos la larga trayectoria de un hombre de cine. Amante del llamado séptimo arte, el francés descubrió desde muy joven su afición por el cine realizado en los Estados Unidos, del que pronto se enamoró.
Sus primeras intervenciones a favor del cine del «otro lado del charco» las hizo en cineclubes donde presentaba películas que no eran comunes en Francia; y que pronto se hicieron de un sitio. Así con el tiempo lograría la presentación de directores de la talla de Francis Ford Coppola y Clint Eastwodd; quienes como el también actor de películas como El bueno el malo y el feo y Por un puñado de dólares, confiesa que sin Rissient su carrera no hubiese sido la misma.
También publirrelacionista voraz y comprometido con su trabajo, Pierre es un hombre de cine en todo el sentido de la palabra. Y es que no sólo abogó por el cine estadounidense, sino que también, y en lo que terminaría siendo su gran pasión, sería un principal promotor del cine que se realizaría en Asia. Muchos cineastas de ese continente le deben su fama.
El único hombre que entra sin gafete en el Festival de Cannes, se paseó por Morelia para presenta películas y deleitar a los presentes con sus anécdotas. Desde la aventura que signifcó para él llevar a Francia al ya veterano John Ford -a quien tuvieron que esconderle cualquier tipo de botella de alcohol-; hasta la anécdota cómica de cómo un impaciente Fritz Lang le preguntaba en qué momento vería acción la vez que le llevó a ver Garganta profunda.
En un documental sencillo, pero esclarecedor, Pierre Rissient se presentó en Morelia para dejar huella de su paso por la industria fílmica; un paso que llevará su nombre por siempre.
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