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Por Asfaltos.
No sé si a ustedes les pasa, pero a mí sí -y muy seguido-. Cuando me refiero al año 2000, es decir hace 15 años, siento como si fuera ayer. Quizá ese hecho de llamarle a la primera década del tercer milenio «los dosmiles» tiene en parte la culpa; porque si somos fríos, ¡hace ya quince años de 2000! El tiempo pasa terriblemente rápido…
En fin, estaba entretenido con mi «filosofía barata», cuando me acordé de Natalia Lafourcade y sus inicios. La veracruzana alguna vez fue parte del bochornoso episodio llamado Twist (comprensible a su edad, no seamos tan severos), comenzó su carrera como solista en 2000, que daría como resultado su primer álbum homónimo de 2002.
Natalia Lafourcade es entonces la primera colección pública de canciones personales de Natalia. ¡Tenía 18 años! Lo destaco con esa fuerza porque en aquellos años Natalia no fue del agrado de muchos (ya más entrados en años y que no seguían sus pegajosas melodías), aunque no diría yo que son canciones necesariamente malas.
La joven cantante demostraba ya el talento que nos regalaría con los años y que hoy, trece años después de su primer lanzamiento, nos tiene con la expectación del que ya muchos esperamos sea su mejor material. Después de sufrir ese episodio en el Vive Latino 2013 donde con basura y abucheos la bajaron del escenario mucho antes de su cierre, hoy Natalia es una de las más respetadas y queridas cantantes de la escena musical mexicana.
Por eso, y porque desde que la escuché me marcó y me hizo notar el talento que traía la -también hay que decirlo, chulísima chamaca- talentosa cantante y compositora, decidí dedicar este Miércoles nostálgico a Natalia Lafourcade y su pegajosísima En el 2000. La canción, por si hace falta destacarlo sobre la letra sencilla y adolescente de Lafourcade, hace evocar a quienes como ella vivimos aquellos años que vaya, cómo se echan de menos y nos llegan de nostalgia y melancolía…
¡Buen miércoles banda!
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