Por Fernando García (El Comicólogo).
Una de las características del ámbito de los cómics es el coleccionismo. El coleccionismo es el poseer los cómics impresos. Hay diferentes razones por las cuales un cómic se vuelve un artículo de colección, puede ser desde la primera edición de un cómic, el cual por la historia que se cuenta es una historia muy demandada; esto puede ser por la primer aparición de un personaje importante o famoso; la muerte de un personaje (claro ejemplo la muerte de Superman); o algún cambio fundamental que haga que el cómic sea muy demandado, por ejemplo que Superman le muestre su identidad secreta a Lois Lane o que el personaje Bane le rompa la espalda a su némesis Batman.
Los precios de dichos cómics, como cualquier producto físico, se encuentran sujetas a la ley de la oferta y la demanda. Es decir, en cuanto más sea deseado un cómic, aumentará su valor siempre y cuando su cantidad sea limitada. Si muchos lectores desean y compran un número, al final este no tendrá un alto precio si todos los consumidores cuentan con un número.
Ante el deslumbramiento de precios muy altos en ciertos cómics, muchos consumidores se dejan impresionar y consideran que cualquier cómic podrá llegar a estos precios. Se les pasa por alto la parte de que si se encuentra mucha oferta, el precio permanece igual. Es decir, si se vendieron muchas impresiones, el precio no aumentará. Ejemplo de esto es el número uno de Spiderman por Todd McFarlane, el cual tuvo diferentes versiones y muchas impresiones, y que actual se puede conseguir por menos de un dólar.
En México, actualmente se está viviendo el fenómeno de las portadas variantes. Como su nombre lo indica , la portada variante cuenta con una portada diferente a la comercial, aunque la historia es la misma. A través de una oferta diferente, es decir por cada cinco portadas comerciales se imprime una variante, se hace más difícil y por lo tanto más cara la portada variante.
Aunque esta práctica se encuentra establecida en nuestro vecino del norte, podemos ver que en México su demanda y éxito apenas ha comenzado. Esto lo podemos ver por la demanda por parte de los lectores y los precios que se manejan para poder obtener estos cómics. Al final, el mercado se regula solo por medio de la oferta y la demanda, no hay ningún comic, como cualquier producto, que pueda asegurar el aumento en su precio.
Los consejos que «El Comicólogo» les puede dar son:
1) No comprar ningún comic basados solamente en la promesa de un precio futuro.
2) Como en cualquier producto, comparar diferentes precios con diferentes tiendas y lugares de venta.
3) El más difícil: saber esperar; resistir las ganas de comprar y tener el comic en ese momento. Con el tiempo, la fama de los cómics solamente sirve para aumentar el precio en su momento.
4) Usar los diferentes servicios de suscripción que ofrecen diferentes tiendas. En estos servicios nos podemos dar cuenta de cuáles son nuestros gustos y cuáles son creados por la moda.
No es extraña la historia de una persona que pagó mucho dinero por un cómic, para que en menos de un mes el mismo cómic se encuentre en venta por un precio mucho menor; o la historia de un consumidor que guarda un cómic con mucho cuidado esperando que valga mucho dinero y al final no logre un precio ni siquiera de portada.
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