Entrevista: Alan Stivelman y su viaje a Los Andes

Por Jimena Huesca Estrada.

Más que una entrevista tuve una plática con Alan Stivelman, director del documental «Humano» que ha recorrido desde lo más profundo de Sudamérica hasta Europa Central. El viaje se llevó a cabo en Los Andes, para ser más exactos en Perú, sitio donde el director estaba haciendo investigaciones sobre el origen del hombre y sobre la adaptación de las antiguas civilizaciones, entre otras cosas.

Entrevista: Alan Stivelman y su viaje a Los Andes.

Todo parecía dirigirlo a Los Andes, cuando comenzó a leer un libro que trataba sobre una ciudadela que se encuentra debajo del Lago Titicaca, la cual fue construida en un tiempo remoto donde no había agua en él. Esto le hizo mucho ruido a Alan y le creó la necesidad de conocer Los Andes y encontrarse cara a cara con lo que había estudiado tanto. Sumando la crisis existencial y la intelectual por la que estaba pasando, tomó su armamento y emprendió un viaje; un viaje que sin pensarlo ha hecho despertar a más de 100,000 personas en más de 100 proyecciones en todo el mundo.

Cuando llegó a su destino y tuvo un encuentro con Placido -guía que lo encaminó durante el viaje-, se topó con el hecho de no saber realmente lo que significa el «ser humano». Así lo entendió él. Si antes no comprendes lo que implica esta palabra, entonces no podrás entender el origen del hombre, la vida extraterrestre, lo que pasa debajo de la tierra o sí hay túneles subterráneos en Los Andes.

Entrevista: Alan Stivelman y su viaje a Los Andes.

Existen todavía algunas culturas que mantienen el protocolo de llevar un orden e ir paso a paso para comprender realmente el sentido de la vida, lo cual nuestra sociedad ha perdido poco a poco. Alan nos cuenta que él, por lo contrario, fue como un borracho a buscar las doscientas respuestas a sus preguntas. «Cuando llegas a Los Andes aprendes que primero hay que superar el miedo, de igual manera encuentras templos que están hechos para eso, templos prácticos que te inducen a la acción para así aplicarlo a la vida diaria en vez de escuchar un sermón de un ministro de algún culto religioso y quedarte en la teoría o en lo intelectualidad».

En un punto, lo que Los Andes le aportó a Alan fue el dejar de ser intelectual y ponerse a laborar (recurrir a la práctica), porque no hay forma de entender sólamente con la palabra qué es la Pachamama (deidad inca), los apus o Apu Wamani (señor, protector), Uku Pacha (inframundo) o el Hanaq Pacha (cielo); hay que estar en contacto para poder comprender lo que es.

La mitología inca es una de las enseñanzas que han sobrevivido a lo largo de los años por medio de la comunicación oral. Es decir, los sabios transmiten su conocimiento a sus seguidores y así consecutivamente. Al ver el documental «Humano» me parecía raro el hecho de ver cómo los chamanes y Placido, sobre todo, no habían tenido ningún inconveniente con ser grabados en los rituales. Además noté que no sólo no se sentían incómodos, sino que también había una participación de parte de Placido grabando las respuestas y las reacciones que tenía Alan con las lecciones de vida que estaba teniendo. Tal vez, fueron las preguntas, o el torbellino que tenía Alan en la cabeza, las que hicieron muy amena la convivencia y hacer de la cámara uno más en el viaje; o simplemente no hay una explicación racional a mi pregunta como lo es el mundo en el que vivimos totalmente irracional.

Por otro lado, hay momentos en la vida de la humanidad en las que existe un cuestionamiento interno. Depende la persona el tipo de preguntas que se haga, el grado de conciencia, o el entorno en el que se rodea que se genera este cuestionamiento. Seguramente el documental mencionado ha puesto a girar miles de cabezas en el mundo como lo hizo Jodorwsky con el señor Stivelman. “Creo que él, en un punto a nivel cinematográfico, fue quien me marcó a nivel de conciencia”, afirma Alan.

Finalmente creo que lo importante de esta charla fue que debemos de estar atentos a cada detalle de la vida cotidiana. Muchas veces nos perdemos de detalles que podrían cambiar radicalmente nuestra perspectiva y no nos damos cuenta por las inmensas distracciones que nos ciegan completamente. Despertar un poco y conectarse con la naturaleza, hasta con la persona que tienes a lado, y así intentar comprender el sentido de la vida.