Por Asfaltos.
El cine es una forma de experimentar diversas emociones. Hay a quienes les gusta estremecerse frente a la pantalla, reír alocadamente, llenarse de pánico o simplemente ver, disfrutar. Dentro del género de acción, normalmente, lo que le gusta a uno es ver una buena película que lo tenga al filo de la butaca. «La persecución» no será la mejor de su género, pero cumple cabalmente.
La historia es sencilla, un multimillonario (Michael Douglas) -que ha hecho fortuna en el sector de las finanzas-llega a un pueblo pequeño con la encomienda de cazar. Su guía (Jeremy Irvine), un joven que ha visto partir a su novia de toda la vida a la universidad en otra ciudad, será el encargado de llevar por el proceso al peculiar cazador.
Desde el inicio hay fricciones. El multimillonario desde el comienzo se nos presenta como un personaje firme que no acepta un no por respuesta. A cualquier negativa que se le presente le da la misma respuesta: dinero. Acostumbrado a pagar porque las cosas se resuelvan, soborna al comisario de la localidad para lograr un permiso que le ha llevado años lograr: el de cazar a un borrego cimarrón.
Lleno de valores, y a la vez inquebrantable, el guía va accediendo hasta que pone un límite. No puede permitir que este sujeto, acostumbrado a pagar por todo, se salte las reglas de un oficio del que es heredero de sus padres -quienes murieron cuando él era más chico-; además, lo que el multimillonario pide, no es posible.
Aquí es cuando la cinta se pone, por decirlo de algún modo, bastante buena. Lejos de los reflectores que alguna vez tuviera, un ya muy avanzado en edad Michael Douglas sigue brillando en pantalla. Caracterizando de manera perfecta al odioso multimillonario que logra todos y cada uno de sus cometidos en la absoluta comodidad, Douglas destaca como el villano perfecto de -precisamente- una persecución.
El guía niega ayuda al multimillonario y ahí empieza la acción. En muchas ocasiones con situaciones verdaderamente inverosímiles, hay que apartar la vista a los detalles y simplemente dejarse llevar. Las emociones van en aumento mientras vemos a un Douglas determinado enfrentarse a un Irvine que no es presa fácil.
Ambientada en el desierto de Mojave, entre Utah, Arizona y parte de California, «La persecución» tuvo su premier en el pasado Festival Internacional de Cine de Toronto. Aparte de los impresionantes desiertos que se pueden apreciar en la película, los espectadores de «La persecución» también tendrán la rara oportunidad de ver la camioneta Mercedes G63 AMG 6×6, la cual -créanme- en sí es un espectáculo.
Absolutamente palomera resulta «La persecución», pero si el deseo es pasarse un buen rato frente a la pantalla y emocionarse en verdad; créanme, es la opción perfecta.
«La persecución» pueden verla actualmente, desde el pasado viernes 5 de junio, en su versión subtitulada y doblada al español en pantallas del D.F. y Área Metropolitana, Cuautla, Cuernavaca, Toluca, Guadalajara, Lázaro Cárdenas, León, Morelia, Monterrey, Saltillo, Tampico, Tlaxcala y Zamora.
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