Texto y fotos por Alejandro Glatt.
En avanzados kilómetros de la carretera Picacho-Ajusco, con apenas unas escasas señalizaciones y mucha incertidumbre, se encontraba un camino, enlodado y angosto, con una gran luz en el final; una gran luz proveniente del Escenario Picacho, uno de los 3 escenarios que albergarían las más de cien bandas que estaban por presentarse durante dos electrizantes días de fiesta continua en el Festival Ajusco.
Al arribar al festival, desmontamos nuestras maletas, nos instalamos en la zona de camping, justo detrás del Escenario Ajusco, en donde estábamos seguros que el sueño sería difícil, ya que el guitarreo y los agudos gritos no pararían: en fin para, eso nos encontrábamos en esos rumbos.
Para iniciar el fiestón, nuestros amigos de antaño, los locos de Passeig, se presentaron con orgullo reflejado en sus caras, con mucha felicidad de por primera vez presentarse en un festival de tal calaña y así se vio reflejado tanto en sus acordes como en las palmas de los asistentes en el público. «¡Calentemos ese cuerpo, póngase a bailar!», aclamó Pedro Vera, vocalista y líder de la banda.
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Con las rodillas ya lubricadas y el pecho aclimatado, el baile continuó, con la inédita presentación de The Freak Rockers, ecléctica agrupación que con una audaz voz femenina y unas gruñonas cuerdas, hicieron palpitar a los asistentes tras presentar por primera ocasión su nuevo álbum “Entre dos tiempos”.
Después de estar de pie durante un tiempo ya, pasamos a descansar nuestros traseros al domo infalible, una acogedora cúpula en la que se proyectaban psicodélicas luces en espiral, hasta que se presentó un documental sobre la historia del rock en México, las primeras bandas y cómo es que este genero revolucionó radicalmente a la conservadora sociedad que habitaba nuestro país en esos momentos.
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Poco más tarde seguimos el baile, al son de una agrupación proveniente de León, Guanajuato, llamada Rex Attack; una vez más, una sensual voz femenina con bajos y sobrios ritmos que animaron a separar las patas del pasto a muchos, música sencilla y digerible con gran energía, demostrando cómo es que las agrupaciones de Guanajuato están calientes como nunca.
Para aflojar los músculos y dejar ir el cuerpo, presenciamos a otra chica, ésta con actitud chillante y ruda, su nombre es KB the Boo Bonic, la famosa MC de Austin, Texas, nos regaló un set lleno de improvisaciones, agresivos drops y definidos pasos de baile, acompañados de un pulcro rap «lavacerebros». Una de las mejores propuestas que apreciamos durante el Festival Ajusco (escúchala, escúchala, ¡en realidad electrizante!).
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Llegó el turno de la agrupación argentina, Huge The Cara, quienes llenos de energía, con instrumentos como panderos, saxofones y matracas animaron a todo aquel presente en el recinto; esta agrupación presentó un fino funk, demostrando una fusión entre sus raíces y los países en los que se han establecido, ¡gran propuesta!
Para finalizar la jornada, mis entrañas explotaron con la tropical y muy (muy) sensual Carolina Camacho, quien desde la Republica Dominicana llegó a sacudir sus carnes, mientras detrás de ella ritmos cálidos provenientes de un sintetizador, empalmados con sabores, tambores y guitarreos, crearon una atmósfera caribeña la cual me tumbó por completo.
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Es así como se vivió una tremenda y frondosa experiencia en el mágico Bosque Ajusco, parte de lo que se vivió los pasados días 14 y 15 de noviembre.
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