#FestivalNrmal 2016: Día 2

Con fotos y texto de Alejandro Glatt.

La mañana del domingo 13 de marzo amaneció con un radiante sol, factor que generó que todos los asistentes del sábado así como también cientos de fanáticos de última hora, no dudaran ni un poco en lanzarse al Deportivo Lomas Altas para hacer historia en la escena independiente de nuestra época y país. ¡Era el día 2 del #FestivalNrmal 2016!

Cruzando las puertas de acceso y una vez dentro del festival Nrmal, la libertad corría por los aires sin censura alguna. Al llegar, exploré todos los rincones del recinto: una exposición de los mejores carteles del año en Ciudad de México y Barcelona; merch oficial del festival; vinilos de los artistas presentes; un estudio de tatuajes; food trucks nacionales, un túnel psicodélico con luminosas proyecciones; cata de cervezas; y hasta saltar de una plataforma de 10 metros para caer en una suave superficie fueron algunas de las variadas y enriquecedoras experiencias que solo Nrmal es capaz de llevar a cabo.

Después de darme la vuelta y conocer de pies a cabeza las instalaciones y activaciones montadas, llegó la hora de abrir mis oídos y descubrir bandas y proyectos de alrededor del planeta presentados en 3 escenarios distintos: Verde, Rojo y Amarillo.

Lubriqué mi garganta con una exquisita chela amarga #GooseIPA de Goose Island, y a continuación me sumergí en la masa de jóvenes ansiosos por sacudir caderas.

Mi jornada musical comenzó con Baltazar, un cuarteto mexicano de hombres vestidos en capas negras, emblemáticas barbas y cabellos bajo los hombros, quienes con un sencillo y sensual dream pop repleto de distorsiones y cantos bélicos, alegraron la tarde de todos los asistentes en el escenario Amarillo.

Más tarde me reencontré con amistades del pasado, y con las respectivas «frías» en las manos, llevamos nuestras pisadas y tímpanos al minimalista y elegante electro pop de los finlandeses Jakko Eino Kalebi, quienes simplemente con una percusión, sintetizador, dos voces y tintes de saxofón, hicieron de la puesta del sol un momento lleno de fulgor. ¡¡¡Gran descubrimiento!!!

Mientras la noche se dejaba venir, el misterio y la incertidumbre se proyectaban en los rostros de todos, quienes concierto tras concierto se sorprendían más. Así llegó el turno de Pierre Bastien, un francés que en escena instala una especie de mecanismos integrados por elementos comunes como clavos, cintas, papeles y maderas, y quien repite el sonido una y otra vez para generar una musicalidad espectacular a base de elementos totalmente orgánicos. Su presentación resultó mucho más que un concierto musical. Al retirarse del escenario el francés recibió aplausos por un largo e indefinido tiempo.

Minutos después le llegó la hora a la productora, DJ y artista visual nacida en Kuwait, Fatima Al Qadiri, quien mezclando sonidos industriales, guapachosos y cumbieros, combinados con visuales de intensos colores y mucho movimiento, volcó el festival en un completo fiestón. Todos los que se sentían ya cansados, olvidaron todo para sacudir hombros y rodillas, saltar hasta sacar polvo y revolcarse por los suelos. Una propuesta muy especial y única en su tipo.

La noche avanzaba y a pesar de ser domingo, todos se mantenían negados a siquiera pensar en su realidad; entre ahogados gritos, empujones y palmas, apareció en escena la razón por la que muchos se animaron a asistir al festival. Niños, perros, parejas y familias recibieron cálidamente a Slowdive, la banda británica de shoegaze más importante de los años 90, a quienes se les notaba con gran experiencia y en consecuencia no defraudaron a nadie. Fue una locura distorsionada, un poema en seis cuerdas.

Dos días del Nrmal, más todas las actividades en la semana previa, nos comprobaron cómo un equipo de apasionados trabajando en conjunto, pueden lograr organizar, operar y ejecutar un festival pulcro en cada detalle, con una excelente curadoría, maridaje, comida, bebida y por supuesto, público.

¡Gracias Nrmal, nos vemos en 2017!