Por Asfaltos.
Por extraordinario que parezca, la curiosidad que les traigo hoy es anterior a «Sus Satánicas Majestades», The Rolling Stones. Es correcto, publicado por Orfeón en 1960, la nostalgia de hoy nos lleva a la prehistoria con uno de los álbumes fundamentales para el estudio del rock en nuestro país: «Rock!».
Ahora que los Stones andan en boca de todos, por su visita a México que por cierto mañana concluye, me acordé de Los Locos del Ritmo; y es que a ellos llegué por la analogía que hice con la canción de los británicos «It’s Only Rock ‘N’ Roll (But I Like It)«, melodía que bien podría llamar «su abuelita» a «Yo no soy un rebelde» de Los Locos del Ritmo.
El grupo, conformado por Chucho González, Antonio de la Villa, Rafael Acosta, José Negrete, Alberto Figueroa, Álvaro González y Pepe del Río, se lanzó a la fama tras su primera aparición en televisión durante el programa «La hora internacional del aficionado». Aquella presencia les valió, entre otros premios, la grabación de su primer álbum.
«Rock!» (Orfeón, 1960) incluía como muchos otros discos a partir de ahí, reversiones de clásicos como «Baby i Don’t Care», «A Big Hunk of Love» y «Grown for Love», entre otras; sin embargo también hubo composiciones propias como las instrumentales «Morelia» y «El Mongol», y sí, «Yo no soy un rebelde».
La canción de apenas un minuto de duración es una cita obligada para quienes gustamos de la difusión del rock mexicano. En su momento, una declaración tan directa a unos adultos con quienes sí hubo un rompimiento cultural contundente (vamos, nosotros somos herederos de ese cambio), resulta sorpresiva en un país donde hay que pensar que la libertad con la que se cuenta hoy era impensable.
En fin, ahora sí que me fui muy lejos en mi nostalgia, que conste que no viví, pero que da gusto repasar y entender; porque quienes escribieron la historia ayer, y compusieron su música y el rock, son a quienes debemos clásicos y proyectos que hoy celebramos.
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