Mujeres juntas ni difuntas

Por Laura Ramírez Delgado.

“Entre mujeres podemos despedazarnos, pero jamás nos haremos daño”, decía la voz en off de un comercial que en 1993 anunciaba “Entre mujeres”, una obra de teatro sobre una reunión entre amigas. ¿Qué tan cierta es esa frase?

Más veces de las que quisiera reconocer he escuchado que las peores enemigas de las mujeres son ellas mismas. Innumerables ocasiones me he topado con alguna chica haciendo añicos a otra, entre críticas y juicios. Desearía creer que no es un tema de género, por supuesto. Sin embargo, es difícil pensarlo distinto.

Es cierto, no todas las mujeres, no siempre y no todo el tiempo despedazan a otras. Pero te invito a hacer un ejercicio de auto conciencia. ¿Cuántas veces te has esforzado en contarle al mundo lo mal que otra mujer está por la razón que sea?

“Mujeres juntas ni difuntas” dicen por ahí y es muy triste asumirlo como una realidad. Hay una teoría que trata de refutar lo anterior y que lleva uno de los mensajes más poderosos y feministas: The Shine Theory.

No es fácil sentirte cómoda reconociendo algo positivo en otra mujer, sobre todo si se trata de una carencia propia. Sin embargo, si en vez de invadir con resentimiento el éxito femenino lo viéramos desde una óptima más abierta, lograríamos mucho más.

Ann Friedman fue la primera en pedir un alto a la envidia femenina y empatizar con quienes son increíbles. The Shine Theory estipula que una mujer brilla más si se rodea de otras que brillen por si mismas. Entre más exitosas y maravillosas sean, mejor. Se verá reflejado en todas.

Y es que nadie mejor que otra mujer para entender lo difícil que es vivir en una sociedad que todavía necesita cambiar mucho para acercarse a la equidad de género. Una chica exitosa tendrá la experiencia más cercana a la tuya. Sabrá lo que significa trabajar duro por alcanzar sus sueños cuando no es tan fácil. Podrá guiarte en tu camino a alcanzar tus sueños.

Unos años más tarde, Santiago Moncada, autor de “Entre mujeres” decidió cambiar el título de su obra de teatro al de “Brujas”. Así fue nombrada por más de un década, así tuvo éxito en Latinoamérica y en España. Así fue como un hombre refinó el concepto de una reunión de amigas de un colegio católico 25 años después.

Definitivamente existen varios micro machismos relacionados con la forma destructiva de ver a un grupo de mujeres reunidas criticando a otras. Eso no es importante como tampoco lo es quien es más machista en un grupo amistoso. Lo que hay que poner sobre la mesa es si hemos hecho algo por cambiar nuestras actitudes infantiles que harían llorar a Simone de Beauvoir.

No me parece imposible disfrutar genuinamente del éxito de una chica, por más que la envidia baja pueda hacerse presente. En cambio, me parece un atentado femenino hacer menos o criticar a una mujer, sea amiga o enemiga.

Para ser feminista no es necesario quemar sostenes o marchar en Reforma. El feminismo busca equidad entre hombres y mujeres. ¿Qué tal empezar por no hacer pedazos a otras? Tal vez sea el primer paso para que algún día podamos alcanzar ese soñado equilibrio.

Tú decides de qué lado estar.

Foto de portada: Jerome Legay.

Laura Ramírez Delgado. «Feminismo pop». «Lo que sea por una vida mejor» es mi mantra. Soy comunicóloga por el Tecnológico de Monterrey y algún día pisé la UNAM para estudiar Letras Inglesas. Fundé Funkrea en complicidad con un ingeniero y hoy sobrevivo a un MBA en EGADE Business School, con las Dr. Martens bien puestas. Soy aficionada al fútbol con corazón azul y piel dorada. Se me considera una rockola humana con el gusto musical más raro del universo. Rescaté a Perrecito, quien es mi compañero de aventuras. No funciono sin café, soy feminista y también Batman.