‘Hijo de influyente’, de Three Souls In My Mind

Por Asfaltos.

No están ustedes para saberlo, o sí, pero siempre que me toca toparme con alguien que busca «pasarse de lanza», me pongo verde cual Hulk y enfurezco. Siempre que puedo lo repito: es esa gente, la que adopta el «ser gandalla» como forma de vida, la que ha hecho tanto mal a este país.

En un comentario en alguno de tantos sitios que visito, alguien ponía que «el presidente era corrupto porque la gente también era corrupta», a lo que otro se burlaba y le decía que no por ser él corrupto el presidente lo sería en automático; y es que si bien la lógica no es así de simplista, sí carga en gran parte con una gran verdad. Pues como yo siempre he dicho, ese presidente corrupto (hipotéticamente hablando, ¿verdad?) es producto de una sociedad corrupta en donde se ha vuelto -como ya lo he mencionado- el «ser gandalla» y «pasarse de lanza» toda una cultura de vida.

Por eso el que cree se mete en la fila del banco haciéndose el loco por no «haberse dado cuenta» que había alguien delante de él, el que usa el carril de uso exclusivo del Metrobus «porque hay mucho tráfico», así como el ciclista que va sobre la banqueta «porque nadie le dice nada», son para mí igual de dañinos para la sociedad como el presidente que con el poder que le confiere el cargo se hace de la vista gorda en algún asunto o se embrolla en un conflicto de intereses (nuevamente hipotéticamente hablando, ¿verdad?).

Por eso la proliferación de «ladies» y «lores» ha desnudado de forma tan vergonzosa a muchos de los males más primitivos de una sociedad mexicana que en su mayoría se resiste a cambiar las actitudes que realmente harían un cambio verdadero en nuestro país; por eso los hijos de influyentes, como a quien cantaba el grupo de rock mexicano Three Souls In My Mind, siguen y seguirán proliferando si de plano no tenemos la menor voluntad para cambiar algunas de nuestras más nefastas actitudes.

«Hijo de influyente» de Three Souls in My Mind fue incluida en el álbum «D´Mentes» (1981), y hace referencia, entre otras cosas aún comunes en la capital mexicana, a la Avenida de los Insurgentes donde proliferan esos dañinos choferes que invaden los carriles del Metrobus provocando en muchas ocasiones accidentes, y sí, también bastantes y bochornosos ridículos.

Foto tomada de la cuenta de Twitter de Arne Aus den Ruthen Haag.