#HoyToca: Por la igualdad de los pezones

Por Asfaltos.

Hace precisamente 10 años, en una exposición montada en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo de Ciudad de México, recuerdo haberme quedado sorprendido por una serie de poderosas imágenes que atraparon en ese momento mi imaginación. Con obras creadas entre 1992 y 2005, la artista estadounidense Lisa Yuskavage dejaba al descubierto sus provocativas imágenes con desnudos femeninos tomados de la cultura popular. Conocida en sus primeros años como «chica mala», interesada en incomodar a quien se permitía observar su obra, una de las intenciones de Lisa era mostrar composiciones artísticas abiertamente sexuales pero mezcladas con elementos poco comunes y con características exageradas. Si bien al principio sus obras fueron mas bien sencillas, con el paso de los años y el perfeccionamiento de su técnica, el arte de Yuskavage fue llenándose de elementos que lo fueron volviendo más completo y complejo.

10 años después, a raíz de que una de sus obras ilustra la más reciente portada de la revista de arte australiana Vault, Lisa Yuskavage vuelve a causar polémica y a incomodar, aunque ahora por uno de los elementos menos pensados para ello en su obra. La revista trimestral, distribuida en las pasadas semanas, colocó unos círculos amarillos que ocultaban los pezones de la figura femenina desnuda de su portada. La editora de la revista, Neha Kale, comentó a una publicación local que los círculos habían sido añadidos a petición del distribuidor que temía que los vendedores no pusieran a la venta la publicación. Titulada «Cría», la pintura muestra a una mujer embarazada desnuda frente a una mesa con un plato de frutas y un sencillo arreglo floral.

La decisión del distribuidor de Vault puso una vez más sobre la mesa una de las discusiones más recientes en lo referente a los pezones femeninos. El movimiento igualitario «Libera el pezón» que denuncia la doble moral en cuanto a la censura que existe hacia los pechos de las mujeres, fue iniciado por la cineasta y activista Lina Esco, quien en 2014 estrenó un largometraje titulado «Free the nipple (Libera el pezón)», en el que se mostraba a un grupo de mujeres que tomaban las calles para protestar de maneras diversas por la prohibición legal y cultural de mostrar un pecho femenino desnudo. La lucha obviamente no quedaba ahí, pues sería también usada como argumento para empoderar a la mujer de los países occidentales, así como para denunciar la desigualdad de género en todo el mundo.

En la ciudad de Nueva York, como parte del movimiento «Libera el pezón», la asociación de lectura Outdoor Co-ed Topless Pulp Fiction Appreciation Society tiene como función reivindicar el derecho de las mujeres a enseñar sus pechos al desnudo. Para las participantes de tan peculiar grupo de lectura, la pregunta es sencilla: ¿Por qué a un hombre que se quita la playera cuando hace calor nadie se lo censura? La libertad de poder hacer lo mismo, sin importar el género, es parte de la reivindicación que buscan estas mujeres; y es que si bien desde 1992 es legal que las mujeres enseñen sus pezones en la ciudad de Nueva York, son los ciudadanos quienes todavía lo censuran o simplemente lo desconocen.

Pero la lucha de la Outdoor Co-ed Topless Pulp Fiction Appreciation Society no se queda ahí, pues hace unos meses decidieron representar la obra «La tempestad» de William Shakespeare con un elenco femenino en pleno Central Park de Nueva York entre aviones, sirenas, ruido callejero y helicópteros, pero además con sus actrices completamente desnudas. Presentándose los días 19 y 20 de mayo de este año, bajo el amparo de las leyes neoyorquinas que autorizan los desnudos completos siempre y cuando se hagan en el nombre del arte, «La tempestad» fue representada de manera tremendamente adecuada y emotiva; pues la obra cuenta la historia de un grupo de personas que terminan varadas en una isla caribeña donde se encuentran con sus habitantes «menos civilizados» que viven completamente desnudos, y que a la postre terminarán influenciando del mismo modo a sus «más civilizadas» contrapartes.

Como lo muestra la reciente lucha por «la liberación de los pezones», el problema no son en sí los pechos desnudos de una mujer, sino el hecho de que éstos se han sexualizado al extremo de modo tal que su censura se ha vuelto algo culturalmente aceptado, sin realmente ponerse a pensar que otros elementos atrayentes como las piernas, las caderas, la espalda, los ojos y el pelo no son tapados precisamente por no haber sido sexualizados de ese modo. La lucha reivindicada por «Libera el pezón» tiene también como fondo el luchar contra la violencia de género que ha resultado tan ridícula, y que se ha visto en parte originada por esa extrema sexualización y cosificación de la mujer en comparación con los hombres. Por eso cuando veamos los pezones de una mujer como los pezones de un hombre, quizá, sólo quizá, estaremos ante las puertas de una verdadera igualdad de género donde todos somos iguales y finalmente las luchas de género sean una cosa del pasado.

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.