X Ambassadors se adueñan del Lunario

Texto y fotos por Cecilia Hernández Reyes.

Por primera vez, el grupo estadounidense X Ambassadors se presentó en Cuidad de México para hacer vibrar las paredes del Lunario del Auditorio Nacional.

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Después de viajar por todo el mundo con grupos como The Lumineers, Imagine Dragons, Jimmy Eat World y Seinabo Sey, esta vez les tocó ser la banda estelar la pasada noche del jueves 18 de agosto para presentar su más reciente álbum “VHS”.

El ambiente lo inauguró el grupo mexicano Pumcayó, quienes así como su nombre, tienen una propuesta musical divertida y muy diferente a la que estamos acostumbrados. Es música pura, una fusión de rock alternativo con ritmos latinos que con sus voces y acordes, pudieron transmitirnos todo tipo de emociones, especialmente con la manera de incorporar los instrumentos. En todas sus canciones sentíamos esa emoción de lo inesperado porque empezaban con un solo instrumento e iban agregando cada vez más hasta llenar el foro. Esta técnica era como tener una plática con cada instrumento porque podíamos escuchar cada nota que tocaban prestándoles la mayor atención.

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Después, por fin salió el grupo que todos estábamos esperando. Desde el momento en el que tocaron el primer acorde, los integrantes de X Ambassadors mostraron una actitud positiva que enamoró totalmente a sus fans. Tenían la mejor vibra y tanto en sus movimientos como en sus sonidos, expresaban la enorme pasión que sentían por su música.

El concierto empezó con unos ritmos electrónicos mientras que el cantante brincaba, gritaba y sonreía, envolviendo al público en una esfera de energía libre y positiva. En cada canción combinaban ritmos acústicos con electrónicos que sentíamos vibrar en los pies. Nuestro cuerpo nos pedía bailar y aplaudir junto con ellos. A lo largo de la noche, tocaron canciones de sus tres discos que todo el público coreaba. Sus melancólicas letras y su interpretación era tan profunda que generó lágrimas y escalofríos en sus fans.

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Además del excelente show, creo que el recinto fue perfecto para ellos, ya que al ser tan pequeño, se sentía una interacción un poco más personal; nos permitía formar una conexión más profunda con sus canciones. Todos salimos con una sonrisa en la cara al haber sido testigos de un concierto tan bueno que muchos no esperábamos, ojalá regresen pronto, estoy segura que los esperaremos con los brazos abiertos.