El desencanto de la sociedad con los gobernantes

Por Daniel Higa Alquicira.

Algo ha quedado claro con respecto a la relación que mantiene la sociedad con sus gobernantes, muy pocos aprueban su trabajo. Desde gobernadores hasta el propio presidente de la república, su popularidad es muy baja.

Enrique Peña Nieto podría terminar su sexenio como el presidente más impopular en la historia reciente de México.

Los escándalos de corrupción o tráfico de influencias de su “Casa Blanca”, fue el inicio de una picada incontrolable que no ha podido detener, y que lo tienen prácticamente por los suelos en materia de aceptación popular.

Según Parametría, solo 2 de cada 10 mexicanos aprueban la forma en que gobierna Enrique Peña Nieto; ésto es el nivel de popularidad más bajo para un mandatario mexicano en los últimos tres sexenios.

“No se había registrado un porcentaje de aprobación presidencial menor al 30%”, apuntó la encuestadora.

“Bajo la administración de Vicente Fox el registro más alto de desaprobación fue de 41%, con Felipe Calderón llegó a 38%, y con el actual mandatario se observa que para junio del presente año un 69% desaprueba su gestión”, indicó Parametría.

Pero parece que es el propio gabinete y sus hombres de confianza son los que han propiciado esta debacle, con decisiones como invitar a Donald Trump a México por ejemplo, lo que a la postre se convirtió en uno de los motivos de la salida de Luis Videgaray de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Además, la infructuosa estrategia de seguridad nacional, que ha puesto en contra de Enrique Peña Nieto a empresarios, sociedad y organismos de derechos humanos internacionales.

Y para demostrar lo frío que está la relación con la población, la muestra fue el 15 de septiembre, en el Grito de Independencia, donde se notó el ambiente tenso y el abismo que existe entre la sociedad y el presidente.

A Peña Nieto le seguiría Roberto Borge Angulo, gobernador de Quintana Roo quien dejará al estado con una deuda que supera los 22 mil millones de pesos.

Según el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), sólo 2 de cada 10 quintanarroenses aprueba la gestión de Borge Angulo.

Esto representa tan solo el 23.4% de aprobación, mientras que a nivel nacional el promedio de aprobación de gobernadores es de 42.3%; es decir, no llega ni a la mitad, dice el GCE.

Javier Duarte, gobernador de Veracruz y otro personaje oscuro de la política actual, registró un nivel de desaprobación del 83.6% que lo pone en el fondo de la evaluación ciudadana, dice la encuestadora.

Los otros mandatarios con menor respaldo de sus gobernados, fueron Manuel Velasco, de Chiapas (79.4%); Graco Ramírez, de Morelos (74.7%); Gabino Cué, de Oaxaca (74.3%).

En contra parte, los mejor evaluados según el Gabinete de Comunicación Estratégica son Alejandro Moreno Cárdenas, de Campeche, con el nivel más alto de aprobación (70.3%).

También registraron evaluaciones positivas Claudia Pavlovich, de Sonora (70%); Rolando Zapata Bello, de Yucatán (69.5%); Miguel Márquez Márquez, de Guanajuato, (66.2%), y Carlos Lozano de la Torre, de Aguascalientes (61.1%).

Pero un caso muy particular es el del jefe de gobierno de la Ciudad de México, en donde según Parametría, 6 de cada 10 capitalinos desaprueban el trabajo de Miguel Ángel Mancera, mientras que 39% dice aprobar su desempeño.

“Al igual que la evaluación al presidente de la república, en la tendencia histórica se aprecia que las cifras de desaprobación hacia el jefe de gobierno alcanzan su nivel más alto durante la gestión de Miguel Ángel Mancera”, dice la agencia encuestadora.

¿Será que como sociedad, nos hemos vueltos más críticos en cuanto a la forma en que nos gobiernan? ¿Somos capaces de hacer análisis objetivos? ¿O somos más bien una sociedad que se comienza a hartar de las malas prácticas de gobierno, la corrupción y el cinismo de algunos de los políticos en el poder?

Lo cierto es que –sin ser negativos ni pesimistas–, estos rechazos en las encuestas aún no se han podido materializar en verdaderos cambios en la conformación de los nuevos gobiernos ni en las “transiciones democráticas”.

Habrá cambios de gobernadores en algunos estados, en la Ciudad de México ya se prepara el camino hacia el 2018, lo mismo en Los Pinos, pero en realidad no hay un signo de esperanza de que las cosas vayan a mejorar, esté quien esté en el poder.

Bueno, algunos partidos no tienen ni candidatos naturales para competir por la presidencia y la jefatura de gobierno capitalina; así de tristes están las cosas.

Foto: Presidencia de la República Mexicana.