Por Sandyluz.
Algunas historias de terror rayan en la fantasía e imposibilidad, pretendiendo fascinar al lector curioso e imaginativo. La verdadera línea del terror se traza cuando el relato tiene un halo de posibilidad, acariciando, en sus lindes, ese suspicaz tono de leyenda. Así el cuento de Arthur Machen, titulado «Vinum Sabbati».
Arthur Machen, autor considerado británico, se caracterizó por rescatar el folklore y la mitología céltica de su país natal: Gales. Entre sus obras cumbre se encuentran las novelas «El gran dios Pan» (1894) y «El terror» (1917). Su estilo es considerado por los críticos literarios como terror fantástico o literatura sobrenatural. En el cuento «Vinum Sabbati» exhibe uno de sus temas intrigantes favoritos: las tradiciones paganas, que datan mucho antes del medievo.
En «Vinum Sabbati» los hermanos Leicester viven tranquilamente, hasta que Francis, el hermano, empeñoso estudiante de Derecho, se enferma debido a sus extenuantes horas de estudio; presenta mejoría cuando el Doctor Haberden le prescribe un polvo blanco. Tiempo después, el carácter sereno y afable de Francis se extingue; su hermana (Helen) advierte que se ha tornado inapetente, nocturno y huraño. Luego, descubre que su hermano sigue tomando el remedio que el doctor Haberden le había recetado, a pesar de que debió dejarlo tiempo atrás. Los terrores del cuento culminan cuando hermana y servidumbre advierten la presencia de un oscuro y amorfo ser en la recámara de Francis. El doctor Haberden revela a Helen que, equivocadamente, su hermano estuvo ingiriendo un polvo, utilizado en prácticas paganas de las brujas de la Edad Media; éste provoca el desdoblamiento de la personalidad, haciendo emerger el ser tenebroso que habita, incorpóreo, dentro de cada uno de nosotros: «(…) la morada de la vida se abría en dos, disolviéndose la humana trinidad, y el gusano que nunca muere (…) se transformaba en un ser tangible y externo, y se vestía con el ropaje de la carne» (Molina, 2003: p. 148).
Si bien el desarrollo del cuento es magistral por su tensión narrativa ascendente, se le añade tremenda credibilidad cuando aparece, por medio de cartas, el testimonio fiel y objetivo de un médico certificado. Entonces, donde termina la explicación científica, inicia la explicación folklórica, tradicional y sobrenatural… Las primeras sociedades conformaron su herencia cultural mediante la tradición oral; relataban episodios sobre aquelarres de brujas, donde sucedía el verdadero sabbath y, por ende, las nuptiae sabbati. En este ritual, se conducía al bosque a los paganos neófitos, para que aceptaran el sacramento infernal (sumentes calicem príncipes inferorum). Ahí, se les hacía beber el vino sabático (agua con unos cuantos granos de polvo blanco “especial”), para que emergiera de su honda personalidad “el otro”, ese nuevo ser, puro en corrupción y maldad, oculto bajo el mito del Árbol del Bien y del Mal; así, se habilita la dualidad humana y la posibilidad “del emparejamiento” o de las nupcias. El ritual del Vinum Sabbati es una tradición pagana muy afianzada en la tradición celta.
Machen nos transporta, con esta narración, a los misterios que originaron la duda científica sobre el trastorno de personalidad múltiple y la teoría de la personalidad de Freud (ello, yo y superyó); también, hasta a algo más popular y catalogado satánico, como el nombre del grupo de rock que encabezara Ozzy Osborne en los 70’s: Black Sabbath.
Concluyo diciendo que la literatura hace acopio de las tradiciones orales antiquísimas de las primeras sociedades; la literatura vuelve inmortales los mitos y leyendas del mundo, tal y como revela el espeluznante cuento: «Vinum Sabbati».
Fuente: Molina, Mauricio. Cuentos de terror. México: Alfaguara, 2003.
Dibujos: Sebastián Cabrol.
Sandyluz. «Detrás de la pluma…» Egresada del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Completó estudios de Creación Literaria en la Escuela de Escritores del Estado de México (SOGEM). También terminó una maestría en Estudios Humanísticos con especialidad en Literatura, en el Tecnológico de Monterrey. En un plano más relajado, es aficionada a los libros y a la escritura desde corta edad; ha escrito de manera informal cuentos y poesías; con uno de sus primeros cuentos ganó un concurso local del cual obtuvo su primer retribución económica y profesional, siendo ello un significativo incentivo para seguir escribiendo. La Literatura ha sido una válvula de escape para no enfermar de realidad. La fantasía reanima el fulgor de los sueños que soñamos dormidos y que soñamos despiertos…
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