Por Asfaltos.
En México, primero gracias a la televisión de paga y posteriormente al internet (YouTube), hemos estado expuestos de gran manera en los últimos años a uno de los formatos televisivos más exitosos en los Estados Unidos de América. Sí, a quienes son de mi generación (por ahí de los 30), el formato es también conocido para la televisión mexicana; shows como «Otro rollo» de Adal Ramones, «Desde Gayola» de Horacio Villalobos y «Susana adicción» de Susana Zabaleta son algunos ejemplos. Sin embargo, la tierra del late-night talk show es indudablemente la de nuestros vecinos, los estadounidenses.
Actualmente en los Estados Unidos existen diversos shows nocturnos. «The Tonight Show Starring Jimmy Fallon», «Late Night with Seth Meyers», «The Late Show with Stephen Colbert», «The Late Late Show with James Corden», «Jimmy Kimmel Live!» y «Last Week Tonight with John Oliver» son tan solo algunos de los más famosos y reconocidos en nuestro país. Bien, a ellos, súmenle ahora «Conan» de Conan O’Brien.
Nacido bajo el nombre de Conan Christopher O’Brien el 18 de abril de 1963 en Brookline, Massachusetts, Conan es uno de los conductores de televisión con más experiencia en el ramo del show nocturno. Es más, desde el retiro de la leyenda de ese género David Letterman el 20 de mayo de 2015, Conan es actualmente el conductor con más experiencia. 22 años de hacer su trabajo con grán éxito así lo avalan.
Hace no mucho tiempo me fui interesando en el formato del late-night talk show. ¿El primero que ví…? Curioso, pero si son de mi rodada, evocarán también uno muy particular en el que el mismísimo Fantasma del Espacio de la Hanna-Barbera de los 60 conducía su propio show: el «Space Ghost Coast to Coast». Desde aquella parodia, en la que el Fantasma del Espacio se ha convertido en el peor conductor de su tipo, llegué al género gracias al genio de David Letterman. De ahí, he pasado por los ya mencionados late-night talk show y algunos cuantos más.
Me parece que a nivel de web en México, por lo observado en redes sociales, los más populares son los de Jimmy Fallon, Stephen Colbert y John Oliver. ¿Mi favorito? Conan O’ Brien, indudablemente. ¿Fallon? Falso, falso como pocos. Su estilo se percibe artificial, y quizá uno de los elementos más desesperantes de éste es su constante intención de caerle bien a todo mundo… Odioso. Sí, no le niego que sus escritores y creatividad sean de primera, pero detrás de esa sonrisa y cara bonita, Fallon oculta una tediosa falsedad. Stephen Colbert, heredero del espacio que dejó vacante David Letterman, es uno de mis favoritos… aunque creo que el nuevo show que tiene, en el que ya no personifica aquel personaje del mismo nombre, «Stephen Colbert» que tanto le favorecía, le quita algo de esa magia que tenía quien lideró uno de los shows políticos más increíbles de los últimos años (sí, spin-off directo de otro genial, como era el ya desaparecido «The Daily Show» del otro genial Jon Stewart). A pesar de ello, Colbert no pierde la chispa y aprovecha como muchos la presencia de Trump en el poder para sacar lo más ácido de su personalidad. ¿Y John Oliver? De los más virales, sin duda; y también uno de los que como Colbert, se siente más franco y libre. Me gusta mucho su estilo. Su forma de dar las noticias, algo a lo que aspira nuestra versión mexicana Chumel Torres, es sin duda de las más ágiles y entretenidas. ¿Un gran principio de Oliver? La mofa a sí mismo; habla muy bien de su inteligencia, sin duda alguna.
Pero bien, como he dicho ya, mi favorito es Conan O’Brien. «Conan», cuya transmisión inicial se remonta al año 2010, se transmite semana a semana de lunes a jueves a través del canal TBS en los Estados Unidos. La duración del show, que también escribe el mismo Conan O’Brien (presume por cierto haber sido en algún momento parte creativa de los mismísimos «The Simpsons»), es de una hora. Entrevistas, sketches y una constante interacción con su público del que también se ríe (así como de él mismo), son tan solo algunos de los ingredientes de un show que se destaca principalmente por la personalidad de este «gringo» con raíces irlandesas. Y es que si me permiten, eso es lo que le hace tan genial, que no se toma a sí mismo muy en serio, y que cada que puede se ríe de él mismo. Su fluidez en las entrevistas, su capacidad para sacarle el jugo a todo aquel con el que se sienta, así como su colorido staff de producción al que ha incluido en diversas ocasiones como parte de su show, son parte de los grandes atractivos de un Conan que divierte por su sencillez.
Entre los mejores momentos que le recuerdo a Conan está, por ejemplo, aquel en el que invita a su productor asociado Jordan Schlansky a realizarle una «despedida de soltero». Schlansky, o por lo menos el personaje que interpreta frente a la pantalla, es quizá una de las adiciones más hilarantes en «Conan», pues su parquedad contrasta de manera tremenda frente a lo burlón que resulta Conan. De verdad, de los momentos más divertidos de «Conan» en la pantalla.
Otro gran momento es cuando se alía con su «web guy» Aaron Blair, con quien comparte en muchas ocasiones un segmento llamado «Clueless Gamer» en donde de manera divertida se ponen a probar ambos un videojuego previo a su lanzamiento. ¿Lo mejor? Los comentarios de un Conan sin mucha experiencia en los videojuegos, pero sí un gran catálogo de comentarios cómicos que aderezan cualquier trabajo. Un ejemplo de ello resulta aquel episodio en el que se pone a jugar algunos clásicos videojuegos «viejitos» que le sacan de quicio. El segmento, por cierto, es uno de los más populares; a tal punto que se rumora se trabaja ya en un show propio que no sería protagonizado por Conan, pero sí producido.
Uno de mis momentos favoritos, sin duda, fue también el protagonizado en la más reciente San Diego Comic-Con, donde en los últimos años Conan se lanza para realizar una semana de transmisiones que aprovechan de gran manera el marco. Para el evento, Conan se lanza a visitar la más importante fábrica de trajes de superhéroes para el cine… No les digo más, porque en verdad, el segmento es uno de los más divertidos en la carrera de este conductor.
En fin, Conan O’Brien, quien además es también reconocido por haber tenido uno de los más increíbles gestos para David Letterman en su retiro (pidió a sus espectadores que le cambiaran de canal cuando Letterman transmitía su último programa, en algo que resulta poco o nada común en la televisión o en alguna competencia), es tema el día de hoy porque sí, se encuentra en México. Como parte de su serie de programas que le han llevado por Alemania, Armenia, Cuba y Corea del Norte por mencionar algunos, Conan anunció hace algunas semanas que vendría a México con el motivo de «reparar las relaciones» entre su país y el nuestro (ya saben, por culpa de Donald Trump). Rentando un estudio en México, con un staff 100% nacional, Conan grabará su show en nuestro país para transmitirlo los primeros días de marzo. Como han visto en las imágenes que acompañan esta columna, Conan ha ido a una fiesta de 15 años, a jugar fútbol en un parque junto a Giovani Dos Santos, caminar en el mismísimo Centro Histórico y hasta a grabar escenas de una telenovela mexicana. Para su show Conan tendrá de invitados al expresidente mexicano Vicente Fox Quesada y al actor mexicano -estrella reciente de «Rogue One: A Star Wars Story», Diego Luna.
Conan… ¡bienvenido a México!
Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.
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