Por Asfaltos.
No están ustedes para saberlo, ni yo para contarlo, pero hace ya varios meses una vieja amistad -que tristemente consideraba muy sólida- me traicionó, apuñalándome por la espalda, pero sobre todo lastimando a mi familia… El hecho, obviamente, me causó coraje, tristeza y finalmente paz. ¿Paz? Paz porque alejé a esa mal vibrosa persona de mi vida, de mi entorno, de mi mundo.
En tiempos convulsos, donde parece que tenemos frentes abiertos en todas partes, al final esa debiera ser la lección: que la paz solo atrae paz. Es cierto que no significa de ninguna manera que seamos pasivos, que permitamos que nos ofendan, que nos dañen; pero también es cierto que a cada acción hay una reacción, y que si regresamos el daño que nos hicieron, solo recibiremos más.
Por eso me acordé en recientes días de una canción que ya rebasa la década de existencia. Sí, del «Memo Rex Commander y el Corazón Atómico de la Vía Láctea» (2006) de Zoé, extraigo el track 13, penúltimo del material, en el que un León Larregui canta la sencilla letra de «Paz» que bien podríamos usar como mantra: «paz en todo lo que dices, paz en todo lo que haces, paz en todo lo que piensas, paz en forma de silencio, paz en forma de afecto, paz en todo el universo, paz y se detiene el tiempo, paz cuando uno está contento, paz cuando uno monta al viento, paz cuando hago lo que siento, paz cuando suelto lo que aferro, paz aunque suene muy ingenuo…».
Sí, puede sonar ingenuo -bobo quizá-, pero al final la paz solo atrae paz. ¡Paz!
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