«Churchill», el otro lado del hombre detrás del nombre

Por Asfaltos.

Winston Leonard Spencer Churchill fue un importante político y estadista británico. Su nombre ha trascendido indudablemente fronteras físicas, pues no sólo es conocido más allá de Reino Unido, sino inclusive hasta hoy en nuestros tiempos y en nuestro país. Su papel, sobre todo, es recordado como el de un líder férreo para el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial; sus discursos -pues era también un gran orador- han sido inmortalizados, pues en su momento significaron el alma de un país con la guerra encima.

Revisar a un personaje histórico, como en este caso se hace en el cine con «Churchill» (2017), resulta en ocasiones un trabajo complejo por las diversas aristas que de él se pueden mostrar. La complejidad de una figura pública como en este caso fue la del primer ministro de Reino Unido, es por demás entendida: está la figura pública, la de los discursos, la de las acciones, la del papel político y militar; pero está también el ser humano, el esposo, aquel que como todos tuvo miedos y dudas.

«Churchill», dirigida por el australiano Jonathan Teplitzky («Burning Man» y «Un pasado imborrable»), llega en un momento político muy especial para Reino Unido. Tras su polémico proceso de abandono de la Unión Europea, y con unas elecciones recientes que no pusieron en buena posición a los que respaldaron la anterior medida, la cinta retrata a uno de los más importantes políticos que han vivido no solo en aquellas tierras, sino en el mundo. Su legado permanece férreo, aunque es evidente que no fue perfecto y contó con varios errores.

Si se ha de mencionar un episodio fundamental para la figura de Churchill, ese sería sin duda los primeros días de la larguísima y desgastante Segunda Guerra Mundial. Para «Churchill», sin embargo, pasamos mas bien hacia los últimos; ya rumbo al final de un conflicto que también terminó por exprimir a un pólítico de su talante. Nos encontramos entonces en la antesala del famoso Día D que significaría un golpe fundamental a favor de los Aliados, quienes así pusieron frente a la Alemania nazi.

En «Churchill», así como nos encontramos en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, se nos presenta también a un Winston Churchill desgastado por el conflicto. La cinta es entonces, a pesar de su retrato histórico, mas bien el retrato de cómo un hombre se enfrenta a los retos del futuro no sin soltar con un mucho de orgullo las viejas glorias del pasado. Es un «Churchill» enfrentado consigo mismo.

Para interpretar al político, considerado el británico más grande de la historia, Teplitzky eligió a un genial Brian Cox que no podría haber quedado mejor en el papel. El actor, visiblemente mayor a cómo le recordábamos -más allá del trabajo al que fue sometido para parecerse a Churchill-, logra una actuación entrañable que nos acerca a la dureza de un político que en su papel siempre se mostró fuerte y a la altura de los hechos. Gracias a Cox, sin embargo, vemos también ese otro lado de un Winston con el que es fácilmente identificarse.

«Churchill» sí es una película con ecos nacionalistas, sin embargo, para un público como el mexicano, es fácil que llegue no solo a quienes se dedican a la política, sino a todos los que como Winston somos simple y llanamente seres humanos. Los demás personajes, interpretados por actores como Miranda Richardson, John Slattery, Ella Purnell, Julian Wadham y Richard Durden, entre otros, terminan por redondear una cinta que hacia el final es imposible que no emocione al espectador que asiste con la idea de entrenerse.

 

«Churchill» llega hoy jueves 29 de junio, cortesía de Gussi Cinema, a cines mexicanos.

Imágenes cortesía de Gussi Cinema.