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«Tras la tormenta» no siempre viene la calma

Por Ana Escárcega.

Personalmente, considero que ningún cineasta moderno tiene un conocimiento tan seguro de la dinámica familiar moderna como el japonés Hirokazu Kore-eda. Ver sus películas recientes «De tal padre tal hijo» y «Nuestra pequeña hermana», es tan emocional como hojear un viejo álbum de fotos. Los ornamentos, los rituales y los ingredientes de la cena pueden ser desconocidos para nuestros ojos occidentales; pero las alegrías, los temores, las esperanzas, los conflictos, las bromas, las dudas, los entendimientos y los momentos de claridad son totalmente relacionables.

«Tras la tormenta» es una entrada relativamente discreta en el canon de Kore-eda, centrándose casi exclusivamente en dos personajes: Ryoka (Hiroshi Abe) y su anciana madre Yoshiko (Kirin Kiki). Madre e hijo se han sentido un poco a la deriva después de la muerte de la figura paterna dominante de la familia. Yoshiko está lidiando con su propio sentido de la mortalidad, mientras que Ryota se preocupa de estarse convirtiendo en su propio padre – ambos con un serio problema de juego y de descuido a sus hijos.

No sucede mucho en «Tras la tormenta» – como el título indica, un tifón pasa por el pueblo y la familia se refugia en el diminuto apartamento de la abuela. Pero la visión de Kore-eda es tan inquebrantable, su afecto por sus personajes tan íntimo y seguro, que ningún momento aquí se siente perdido.

La incomodidad física de Ryota (es extremadamente alto y torpe) funciona como una especie de metáfora visual para el personaje, un padre divorciado que una vez escribió una novela premiada, pero que ahora trabaja como detective privado, recolectando pruebas de infidelidad conyugal mientras anhela volver a conectar con su hijo, Shingo (Taiyo Yoshizawa), con quien solo tiene visitas mensuales.

Al igual que con otras películas de Kore-eda, muy poco sucede cinematográficamente. Incluso la tormenta titular tiene lugar en gran parte fuera de la cámara, ya que los cuatro personajes principales de la película -que incluyen a la ex esposa de Ryota, Kyoko (Yoko Maki)- se reúnen para una pijamada forzada cuando las lluvias impiden que todos regresen a sus hogares después de una reunión.

Esa noche resulta incómoda para todo el mundo, no sólo para Ryota, que desea que Kyoko no estuviera involucrada con otro hombre, mientras ella, a su vez se está quedando sin paciencia con Ryota por sus pagos de manutención infantil sistemáticamente atrasados o desaparecidos. Y Shingo parece anhelar una conexión con su padre pero es incapaz de expresarlo.

Es durante esa tormenta nocturna que Ryota y Shingo se escabullen a un parque cercano, refugiándose dentro de una estructura cubierta, donde Ryota y su propio padre solían reunirse cuando Ryota era un niño. Es ahí donde se produce algún cambio barométrico apenas perceptible en la dinámica emocional de la película. Algo cambia, pero no es tangible para nadie.

 

No es del todo claro lo que ha sucedido, pero conforme los cielos se vuelven claros de nuevo, hay un rayo de esperanza de que la vida podría algún día ofrecer a Ryota, si no la salvación de melodramas más suaves, sí tal vez un poco más de tranquilidad al saber que su relación con su hijo no está del todo perdida.

«Tras la tormenta» estrena hoy jueves 29 de junio cortesía de :ND Mantarraya.

Con imágenes cortesía de :ND Mantarraya.

 

 

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