• Page Views 9784

Harry Potter y los dineros desaparecidos: fraude en Magic Fest

Por Ana Escárcega.

Como muchos millennials, soy orgullosamente Potterhead. No me avergüenza decirlo, tengo mi capa y mi varita y a mis 30 años todavía me emociono por releer por sexta ocasión la saga que marcó la infancia de muchísima gente alrededor del mundo. Al decir esto, se debe entender que sí, en México existe una gran comunidad de Potterheads de todas las edades, desde personas de la generación de mi mamá, que a sus 57 años también tiene una pijama de su casa de Hogwarts, hasta niños cuyos padres apenas comienzan a inducir en el mundo mágico de J.K. Rowling.

Era de esperarse entonces, que cuando anunciaron a principio de año que el Magic Fest llegaría a México el fin de semana del 15 y 16 de julio, miles de fans perdiéramos la cabeza. Se nos vendió la idea de un festival enorme: «el más grande de Latinoamérica». Obviamente todos entramos a comprar nuestros boletos por internet, mismos que se agotaron 3 meses antes del evento.

La primicia era muy prometedora: por 620 pesos comprabas un boleto VIP que te prometía entrada para los dos días del festival, una camiseta, dulces, fotografías autografiadas por los «artistas internacionales» invitados al evento, pase directo al evento sin hacer filas, etc.

De ahí en fuera, no se nos dijo mucho más, había mucha secrecía con respecto a lo que veríamos y lo que no, se nos prometieron algunas de las cafeterías con temática de Harry Potter que existen en la ciudad, conferencias, firmas de autógrafos y venta de mercancía original.

Para cuando llegó el día, mi hermana, su novio y yo nos enfundamos en nuestras capas (la mía ciertamente ya me queda pequeña después de 20 años), tomamos nuestras varitas y nuestros libros que queríamos que nos autografiaran y nos trepamos al taxi que nos llevaría al WTC. Llenos de esperanza nos topamos de entrada con que nuestro boleto VIP no nos serviría para saltarnos la fila de 3 horas para acceder al evento – ni pedo– al fin que es Harry Potter y le perdonamos todo, además, 3 horas de estar rodeados de otros hermanos de fandom se pasan de volada.

Conforme la fila avanzaba, nuestras esperanzas se iban transformando poco a poco; veíamos gente bajar las escaleras con letreros que leían «esto es un fraude», «no entren, no vale la pena», «exigimos la devolución de nuestro dinero», etc. Sin embargo, este tipo de cosas solo te provocan una curiosidad mayor, teníamos que verlo con nuestros propios ojos, después de todo, no podía ser tan malo, ¿o sí?

Oh sí. Sí podía.

Para cuando al fin pudimos entrar al recinto, nos cayó una cubetada de agua fría, la primera de muchas. A pesar de tener el brazalete VIP, no nos dieron camiseta, ni dulce, ni foto, ni nada, que porque ya se habían terminado (WTF?), ya algo molestos, pero aun con cierta esperanza, seguimos avanzando por la sala. Habían unos 15 stands, más o menos, de los cuales, muchos estaban vacíos, otros tantos tenían mercancía de otros fandoms («El señor de los anillos», «Game of Thrones» y «The Walking Dead»), había uno que otro de temática Wicca, uno de artículos de anime ¡y hasta de una agencia de viajes!… ¿y Harry Potter? Ah sí, de Harry Potter encontrabas dos stands que vendían playeras… PIRATAS.

Ya MUY molestos, nos dirigimos a la zona donde estarían las cafeterías de temática de HP, encontrándonos con que solamente había una, pero bueno, a lo mejor una deliciosa cerveza de mantequilla nos ayudaría a sentirnos mejor y ver el fiasco con otros ojos. Nos acercamos a las mesas solamente para encontrarnos con otros Potterheads furiosos pues la supuesta cerveza de mantequilla parecía una especie de bebida chocolatada con grumos de grasa. No gracias, mejor no.

Esperando todavía encontrar algo mejor, nos salimos de esa sala, creyendo inocentemente que habría más cosas que ver en otra, pero de nuevo erramos, no había más. En la sala de enfrente estaban algunos Potterheads haciendo fila para entrar pues adentro estaba la firma de autógrafos de Stanislav Ianevski, el actor que interpretó a Viktor Krum en «Harry Potter y el Cáliz de Fuego». Ok. Podemos al menos formarnos un rato para pensar en los errores cometidos y en nuestras malas decisiones mientras esperamos a pasar a que un actor secundario de una de las películas de Harry nos firme el capítulo del libro en el que su personaje aparece. Vale. Pero al ir avanzando la fila, comenzaron a llegarnos los rumores que después confirmaríamos: el chistecito nos iba a costar 800 pesos. Sale. Bye.

Sinceramente yo estaba tan furiosa que quería armar una revuelta ahí mismo, pero mi hermana y su novio me detuvieron de lanzarle un «Cruciatus» a los organizadores del evento. Derrotados, enojados y deprimidos nos salimos del WTC, para después enterarnos de que al parecer no fui la única en querer armar una revuelta y los Potterheads le hicieron montón al Death Eater organizador, exigiendo (con justa razón) la devolución de sus dineros mágicos.

Me tocó ver a familias con niños llorando por la decepción, fans que habían tomado un vuelo o un camión desde diferentes puntos de la república y que habían venido con la misma ilusión que yo, de revivir nuestras infancias, de adquirir productos de calidad que son difíciles de conseguir normalmente, de ver a sus ídolos, gente que había gastado miles de pesos por el amor a su fandom.

Al verse rodeado por una turba de Potterheads iracundos, el organizador aseguró que devolvería el dinero de las entradas, sin embargo hasta ahora no se tienen noticias y, honestamente, dudo que las haya en el futuro.

¿La moraleja de la historia? No se apasionen por nada. Nunca.

 

 

Share This Article

Reconoce MX

Reconoce MX es un proyecto de difusión artística, cultural y de conciencia social que está enfocado a difundir y fomentar el entretenimiento alternativo de calidad para todo el público que comparta el mismo entusiasmo.

La polémica del Sistema Penal Acusatorio

Next Story »

En la vida de Dostoievski, las «Memorias de una casa muerta»

Leave a comment