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«Emoji: La película», el mundo dentro de tu móvil

Por Asfaltos.

La primera vez que supe de la realización de una película alrededor de los célebres y muy usados emojis, he de decir que me pareció algo francamente ridículo. Ya la simple idea de hacer una película de todo, y ahora también de los emojis, me parecía poco apatecible. Ahora que se estrenó «Emoji: La película», la idea no me parece ya tan mala; y sí, a mi muy humilde parecer, la cinta tampoco es el atentado intelectual que se le atribuye.

Dirigida por Tony Leondis, quien tiene ya una larga carrera en la animación, es quien dirige y coescribe junto a Eric Siegel y Mike White, una película basada en los conocidísimos emojis. La cinta, producida por Sony Pictures Animation, nos cuenta cómo al interior de nuestros celulares hay un mundo de infinitas posibilidades -que es obvio, desde luego-; entre los que se encuentran habitando, en una ciudad dedicada a ellos, los emojis.

Ahí es cuando conocemos a Gene, el emoji de la indiferencia («meh«) a través de quien descubrimos el mundo tan diverso y divertido que le rodea. Cada emoji, nos enteramos, tiene una función única en la vida: apilados en una serie de cubos, cada que se abre la aplicación correspondiente, los emoji hacen su gracia para ser escaneados en cada ocasión y lanzados hacia la pantalla del móvil en turno. Para Gene llega así finalmente su día.

El problema, sin embargo, es que Gene no es un emoji «normal»; no, a Gene no solo le sale o gusta realizar un solo gesto, sino que disfruta expresarse de todas las maneras diversas habidas y por haber. Gene es entonces «diferente», diferencia que le conlleva a cometer un error en el día de su presentación, y de ese modo -sin querer- poner en peligro a todos los emojis de su entorno.

Sí, nos toparemos con los emojis de la sonrisa, la bailaora de flamenco, los monitos, el diablito y hasta la popó sonriente; en fin, aparecen todos los emojis que hemos utilizado y también los que no. Nos adentramos en las diversas posibilidades que tiene un teléfono inteligente, y navegamos con referencias a través de aplicaciones como Spotify, Facebook e Instagram, por mencionar algunas. La historia, la aventura en general, utiliza con soltura la diversidad de aplicaciones.

Cierto es que la historia es predecible y que el humor es muy básico, pero si se piensa que esta cinta es competidora directa de por ejemplo «La LEGO® Película», creo que estaríamos cayendo en un error. Y es que «Emoji: La película» yo diría que apuesta mas bien por un público más joven, como con el que la vi muy temprano en una sala de cine. La relación de los más chicos con los celulares y tabletas, así como con sus aplicaciones, es muy estrecha y se nota en una cinta así. El humor, pensado para ellos, les hará pasar un buen rato.

Sí, «Emoji: La película» no es la mejor cinta de animación en lo que va del año, pero tampoco es la peor. Su mensaje -muy choteado, cierto, pero no por ello menos necesario- de inclusión a lo diferente, así como sobre todo de aceptación de uno mismo, me parece valioso para llegar al público al que va dirigida la cinta. La animación es buena, como suele suceder en películas de este tipo; y sobre todo la propuesta, o mas bien la idea de cómo llevar esta historia a través de las aplicaciones de un celular, resulta más creativa que muchas premisas de cintas de mejor manufactura y mejores resultados en taquilla y público.

 

Total, que «Emoji: La película» no es la peor cinta del año, pero tampoco la mejor. Es una cinta entretenida que servirá para que lleven a sus hijos al cine y que éstos se diviertan. Es una cinta que además les propone un mensaje que puede servir para abordar algún tema en familia y ya.

«Emoji: La película» estrenó ayer jueves 3 de agosto en cines mexicanos.

 

 

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