¿Provocará la realidad virtual «el nacimiento de un nuevo arte»?

Por Asfaltos.

Hace algunos meses, en el marco del Festival de Cannes, los mexicanos Alejandro González Iñárritu y Emmanuel «Chivo» Lubezki presentaban «Carne y arena». La instalación, que está anunciada para venir a nuestro país en octubre próximo, se presentó con bombo y platillo como una experiencia nunca antes vivida. Antes de experimentar en carne propia la realidad virtual en el pasado VRFESTMX, dudé un poco de esta nueva tecnología; pero una vez habiéndolo experimentado, son muchas las preguntas y reflexiones al respecto.

 

La realidad virtual, en una definición que me pareció muy acertada de Jánea Estrada Lazarín, directora de La Gualdra -suplemento cultural de La Jornada Zacatecas–, se explica como «una representacion del mundo de la realidad alterna a la nuestra que se genera a través de la tecnología. Es la computadora quien construye imágenes, escenarios, de tal suerte que pueden llegar a ser tan reales que incluso pueden ser confundidos con la realidad en la que vivimos, actuamos, respiramos.» En la realidad virtual, Estrada Lazarín destaca «la de tipo inmersiva [que] utiliza aditamentos especiales para que los espectadores puedan realmente experimentar de una manera mucho más real lo que se está viviendo. Nos referimos a cierto tipo de lentes especiales, chalecos, audífonos, y una serie de aditamentos que lo que van a propiciar al espectador es que esté mas cerca de esa realidad construida.»

La definición de Jánea Estrada Lazarín nace a partir precisamente de «Carne y arena», la instalación que generó mucho ruido y comentarios en el pasado Festival de Cannes, misma tras la cual el director Alejandro González Iñárritu destacó a la realidad virtual como «el nacimiento de un nuevo arte».

«La definición de cine es que es una realidad compuesta dentro de un marco; el marco es la frontera, el límite. La realidad virtual no tiene un marco. Los límites se disuelven, el espacio es tomado. Así que el lenguaje gramatical, el lenguaje visual es completamente diferente. Y es algo que no ves únicamente, sino que experimentas distinto porque ésto es una experiencia sensorial», comentaba el director mexicano en una entrevista para la televisión del Festival de Cannes. «Si tratas de explicarle a alguien cómo se siente hacer el amor, podrías escribir libros sobre eso, pero es solo cuando esa persona hace el amor que entiende de qué se trata, qué se siente. Creo que la realidad virtual permite a la gente experimentar por lo menos un fragmento de un evento real que le ocurre a una persona, para así por lo menos entender de manera más profunda una realidad».

El ganador del Oscar expresó entonces así la frase que titula mi columna: «Estamos en el inicio del octavo arte, llamémosle así. Yo creo que puede ser extremadamente poético, y uno puede explorar la condición humana y la conciencia humana; y las expresiones son ilimitadas. Obviamente, como todo, puedes hacer una sinfonía con un piano o puedes hacer un jingle de mierda, pero el medio yo creo que es una revelación. Es el nacimiento de un nuevo arte, desde luego que lo es.»

Cierto es que una vez leído lo anterior, uno podría tener las reservas apropiadas de lo compartido. Sin embargo, una vez experimentada la realidad virtual, como lo comparto en mi reseña del pasado #VRFESTMX2017, créanme que lo comentado por Alejandro González Iñarritu cobra sentido. Y es que andaba en mis reflexiones de la experiencia, cuando con mi hermano llegamos a la misma conclusión.

En el #VRFESTMX2017 disfruté de diversas experiencias. Desde un cortometraje documental filmado en tecnología VR, hasta un mediometraje filmado en 360° y 3D donde yo tenía la decisión del rumbo de la historia. También disfruté de un videojuego, de un simulador de colonización de Marte y hasta de un brazo robótico que me hizo vivir la experiencia de viajar en una nave espacial. El asunto es, que al final del día, me quedé pensando en la antesala tan inmensa y amplia en la que nos colocaba la realidad virtual.

El 3D, ahora que lo mencioné, ha sido una tecnología ya muy presente en el mundo del cine. La tecnología, nada mas para darles una idea, se remonta a 1922, cuando la cinta «The Power of Love» se proyectó como la primer película en 3D. Desde entonces la tecnología ha estado presente, sí con sus mejoras, pero sí también sin cambios fundamentales en la narrativa del cine. A reserva de algunas honrosas excepciones, el 3D en el cine se ha quedado como una atracción más que como una herramienta útil. La saturación de la tecnología 3D continúa, pero al parecer ya a la baja, pues inclusive las televisiones en esta tecnología han tendido a ser retiradas del mercado. Money talks.

Sin embargo, con la llegada de la realidad virtual, las posibilidades son infinitas. Si bien presente en el mundo del cine, donde tendrá que verse por dónde se nos coloca, la realidad virtual mas bien parece que está tomando un nuevo rumbo que la despegue del llamado séptimo arte, para convertirse en efecto en ese octavo arte que mencionaba González Iñárritu.

«El rock es la manifestación más amplia del arte del siglo XX, no sé si lo sea del XXI, pero del XX sin duda», me contaba José María Sanz Beltrán, «Loquillo», en una entrevista que tuve con él hace unos meses. «La conjunción que decía Lou Reed de literatura, poesía, cómics, teatro, danza, etc., esa interconexión de todas las artes y sobre todo el lenguaje. El rock le dio el lenguaje a los jóvenes, no lo olvidemos». ¿Entonces, cuál será la disciplina artística más importante del siglo XX? «La revolución tecnológica no ha terminado. Hasta que no termine la revolución tecnológica no entraremos en el siglo XXI. En los próximos 20 años veremos desaparecer todo el mundo que conocíamos; nos vamos a encontrar un mundo diferente. Hasta que eso no ocurra es muy difícil decir nada.»

La realidad virtual es eso entonces, una tecnología novedosa que va esparciéndose conforme va adaptándose de mejor manera, y conforme va llegando a los posibles diversos usuarios de ésta. En el terreno del arte un camino al que puede irse es lo que está haciendo en el terreno del cine; y es posible, que con el tiempo, se defina no como cine, ni como algo superior a éste sino simplemente como algo diferente. El tiempo, solo el tiempo, nos dirá a qué llega la realidad virtual… pero de que llegó, y de que se va a quedar en alguna disciplina -artística o no-, de eso no queda la menor duda.

¿Ustedes qué opinan?

Imágenes: Alicia Ávila / Reconoce MX.

Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.