Por Asfaltos.
Con «Avengers: Infinity War» todavía en cines, aprovecho para platicarles sobre un tema que me ha estado dando vueltas en la cabeza. El tema se me apareció recientemente cuando vi la exitosísima «Black Panther» del también conocido Universo Cinematográfico Marvel; y sí, de hecho en aquella reseña lo mencioné de manera muy evidente. ¿Por qué los villanos de estas dos películas se me hicieron mucho más interesante que los héroes? Si bien el tema no es ningún misterio, sí invita a que reflexione un poco al respecto.
Los villanos en el cine suelen ser, sin duda, los personajes más atractivos. Ahí tienen a Darth Vader, a Hannibal Lecter, a Drácula, al Terminator (el primero), a Tony Montana, a Norman Bates, a Jack Torrance y hasta a HAL 9000. Tan atractivos son los villanos, que, nada mas por retarlos, les preguntaría a ustedes: ¿recuerdan acaso los nombres de sus contrapartes (los héroes, pues)? Imaginen por un momento las escenas de su película favorita. Seguro, en más de una, el villano está presente.
«Los villanos son ‘más humanos'», me decía un amigo con el que discutía el tema, y aunque en muchos de los casos mencionados no aplica su «humanidad», entiendo por dónde va. Puede ser que tenga un poco de razón. Los villanos suelen fallar, los humanos también. Los héroes, en la gran mayoría de las ocasiones son perfectos, sin manchas, sin cola que les pisen: son, entonces, bastante irreales; es más, inclusive un tanto inhumanos. Lo mismo me pasó con los villanos y héroes tanto de «Black Panther» como de «Avengers: Infinity War», cintas a partir de las cuales desmenuzo el papel de unos y otros sin contar sus antecedentes en otras películas, ya que a mi parecer sus intenciones bien deberían de sostenerse en una película de manera independiente.
En «Black Panther» nos encontramos con N’Jadaka, interpretado por cierto por Michael B. Jordan, a mi parecer un actor con más tablas que quien protagoniza al héroe que da nombre a la película (de entrada, ahí, éste ya tiene mucho que perder). N’Jadaka vio morir a su padre N’Jobu, hermano del rey T’Chaka, padre del príncipe Black Panther a quien conocemos como T’Challa (Chadwick Boseman). Huérfano, recluido de los placeres de Wakanda, el dolor de N’Jadaka es profundo; su sed de venganza también.
Durante el desarrollo de la película, N’Jadaka enfrenta en combate a T’Challa, rey de Wakanda quien es vencido de manera legítima. Sí, quizá «de manera cruel», los planes de N’Jadaka enfrentan a los oriundos de Wakanda con el mundo exterior del que claramente se aislaron, ganándose así la enemistad de muchos que preferirían recuperar a su antiguo monarca T’Challa. El único mérito de T’Challa, en este caso para tener una segunda oportunidad, es que es el héroe y protagonista de la película; hasta ahí.
La muerte de N’Jadaka es quizá uno de los momentos más emotivos de la cinta. El villano, que muere a manos del héroe, deja el plano físico de manera casi poética, pues afirma con contundencia que prefiere morir como los esclavos africanos que viajaban a Estados Unidos que se lanzaban al mar, en lugar de vivir enjaulado lo que le resta de vida. A nivel espectador uno empatiza mejor con N’Jadaka que con el desabrido de T’Challa. Sí, T’Challa se vuelve monarca. Fin.
Para «Avengers: Infinity War» la situación es muy parecida. Thanos, el villano de villanos no solo de la película sino de todo el Universo Cinematográfico Marvel, se nos presenta como un personaje que quiere destruir la mitad del universo para salvar así de la desdicha a la otra mitad que no puede acceder a los recursos que necesita. Veámoslo, entonces, como una solución bastante drástica de quien quiere así acabar tanto con la pobreza como con la hambruna.
Sin embargo se nos presenta que para conseguir su meta Thanos debe asesinar con su propia mano nada mas y nada menos que a su propia hija. El villano, entonces, toma una decisión dolorosa para el fin que por más drástico que suene, resulta a sus ojos un sacrificio loable; sí, en efecto, no se trata solo del poder por el poder, al menos por lo que se nos propone en esta película.
Del otro lado tenemos a los Avengers, héroes que inmaculados y poderosos viven en la normalidad, enfrentando así el poder de quien amenaza con desaparecer a la mitad del universo. Sí, hay un poco del «drama» de Tony Stark quien no logra casarse con su amada, pero hasta ahí y de hecho sin mucha trascendencia para el espectador que sólo acude a ver esta película. Bien, pues los Avengers, advertidos del peligro de Thanos, resuelven evitar que éste logre su cometido -aunque no recuerdo si sabiendo las razones de éste-.
Dos de los héroes en la película tienen en sus manos (bueno, uno en el cuello y el otro en la cabeza) dos de las gemas que Thanos busca para completar su misión. ¿Qué hacen los héroes? El primero es Doctor Strange, quien entendiendo que es el guardián de su respectiva gema, la protege a más no poder para morirse con la suya, aunque ésto le cueste la mismísima vida… Pero esperen. Doctor Strange le entrega finalmente a Thanos la gema que parecía había perjurado proteger, para así lograr salvar a un Iron Man al que acaba de conocer, y además poniendo en peligro de esa manera a la mitad del universo disque «porque vio que había una micro posibilidad pero posibilidad al fin, de resolver todo el problema si así lo hacía». No lo entiendo.
Del otro lado, con una gema incrustada en su cabeza, Vision propone de manera loable el sacrificarse para evitar así que Thanos consiga su terrorífica misión. ¿Qué sucede? Su novia, Scarlet Witch, le impide de manera egoísta su sacrificio porque le ama… Ok, el amor es válido, ¿pero a costa de poner en peligro a la mitad del universo? Hasta Gamora -la hija de Thanos, miembro de los Guardianes de la Galaxia– sabía que antes que el amor y su propia vida, estaba la vida de todos los demás. Bien, pues el egoísmo de Scarlet Witch, así como de los demás Avengers, hacen que Vision sea sometido a una cirugía para quitarle con cuidado la susodicha gema, aún y cuando esta operación pone en peligro a toda el país de Wakanda que es el único lugar en el mundo donde esta tarea es auténticamente posible. Así es, que Wakanda entera se sacrifique por el egoísta amor de dos héroes a quienes no tienen el gusto de conocer. Sin decirlo de esa manera, pero dejándolo implícito, los Avengers desprecian a los habitantes de Wakanda poniéndolos en peligro.
Thanos consigue entonces su cometido, al menos durante esta película, porque como ya saben en estas franquicias, los protagonistas difícilmente mueren. El villano descansa entonces, disfrutando en paz de su labor cumplida, mostrándonos que por lo menos, de momento, en efecto su cometido no era para conseguir un poder mayor, sino para conseguir el ansiado balance. ¿Que algunos héroes murieron? Si ninguno de ellos mostró dolor por los habitantes de la Tierra, y en específico por los de Wakanda, a nivel narrativo poco o nada nos importa que hayan desaparecido de toda existencia.
En estas dos películas en particular, los villanos son en efecto más interesantes que los héroes. Lo son porque cometen errores, pero también porque tienen claros sus principios. Se preocupan inclusive más que los héroes por el bienestar de los muchos, en contraparte con sus antítesis que parece solo se quieren proteger entre ellos. ¿Es culpa de los héroes? ¡No! Es culpa de los escritores que de manera bastante fodonga hacen que el interés por el triunfo de los héroes sea exlusivamente porque conocemos sus nombres y sus marcas, no por lo que ellos mismos desarrollan en pantalla. ¿Hubiera sido mucho pedir mostrarnos un poco más de eso? Para ser ciertos quizá, y de manera muy superflua, el único en acercarse a eso es Iron Man, pero hasta ahí. Otro ejemplo: ¿Por qué Star-Lord si tenía la oportunidad de terminar con la amenaza de Thanos, enloquece por su amor -una vez más egoísta- poniendo en peligro otra vez a todos los demás? ¡Inclusive cuando -reitero- la propia Gamora que muere es quien se lo advierte!
Sí, «Black Panther» y «Avengers: Infinity War» son películas entretenidas, pero sus héroes son bastante planos y sin chiste ni interés; superados de manera muy sencilla por los villanos que de verdad nos gustaría ver ganar. Thanos gana en «Avengers: Infinity War», pero apuesto que en la secuela lo veremos finalmente perder. ¿A manos de quién? A manos de los Avengers quienes espero, en la próxima secuela, realmente logren que su fin los lleve más allá de sus propias narices. Es decir, que logren que en la próxima película de manera independiente se ganen toda la simpatía que les perdí en su más reciente aventura.
¿Y ustedes qué opinan? ¿Creen que los villanos resultaron más interesantes en estas películas? ¿Contrario a lo que expreso, creen que los héroes sí resultaron de mayor interés? Háganse sentir con sus posturas, me encantará leerlos y platicar al respecto.
Asfaltos. Sobrevivo en una ciudad junto a millones de personas. ¿Mexiqueño? Me enamoro rápido y olvido difícilmente. Amo la música, el cine, los cómics, las mujeres y -últimamente gracias a los servicios de streaming– las series también. Vivo la vida a través de letras y melodías. Músico frustrado. Me pueden encontrar escuchando U2, Radiohead y Coldplay; así como Grand Funk Railroad, Styx y Eric Burdon; Chetes, Jumbo y Siddhartha; y hasta Jesse & Joy, Silverio y Aleks Syntek. Batman y Star Wars mis pasiones; también el Cruz Azul, pero ya saben… subcampeonísimo. Sobreviviente y náufrago; ermitaño que odia la soledad.
Leave a comment
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.