Por Ligiaele.
Es muy difícil amable lector compartirle mis impresiones acerca de esta secuela sin hacer spoilers, quisiera comentar cada detalle por los que morí de la risa los 120 minutos que dura y muchos otros guiños a otros personajes con lujo de detalle, pero para no arruinarle las sorpresas, trataré de limitarme lo más posible.
En otras ocasiones he expuesto mi preferencia por los mutantes, mi adolescencia estuvo acompañada por la serie animada de «X-Men», por lo que se convirtieron en mis personajes favoritos del universo Marvel. Deadpool, un mutante con poderes muy particulares (algunos de ellos no se plasmaron en sus películas), se está integrando a los X-Men, pero en definitiva sus principios y personalidad no son tan compatibles por lo que se generarán varias fricciones entre ellos. Nosotros como espectadores salimos ganando, se hacen muchos chistes y referencias a lo que cinematográficamente ya viene de «X-Men» («X-Men: Dark Phoenix»).
Tampoco puedo fingir que no me percaté de que se nota la adquisión de Fox por Disney; aunque es palpable que hubo mucho más libertad creativa con respecto a la entrega anterior, sí se siente ya la mano de Mickey Mouse en todo esto, e incluso me atrevo a decir sin temor a equivocarme la nostalgia que transmite esta secuela, misma que me hace especular que no habrá otra película de este políticamente incorrecto personaje. Aunque nos hayan querido vender la idea de X-Force, vislumbro complicado el panorama para otra película al menos en solitario de Deadpool; de estar en lo correcto, puede tener la tranquilidad amable lector que el irreverente encapuchado tuvo un buen final.
La actuación de Josh Brolin como Cable es impecable, ni mencionar que Ryan Reynolds nació para encarnar a Deadpool y finalmente borrarnos de la mente a ese terrible Green Lantern.
Visualmente se nota la ausencia de Tim Miller como director, aunque David Leitch no lo hizo nada mal; es notablemente menor la violencia explícita y las bromas son más enfocadas para un público adolescente.
La presencia de Vanessa Carlysle (Morena Baccarin) es como en la primer película necesaria, ya que nos aporta esa parte romántica en el film y además el propósito de las buenas intenciones de Deadpool. También, además de alegrarle la vista a cualquiera, están Negasonic Teenage Warhead (Briana Hildebrand) tomada de la mano de Noriko Ashida (Shioli Kutsuna); sin olvidar a la mutante capaz de controlar la suerte Domino (Zazie Beetz), quienes lo tendrá al borde de la butaca en las secuencias de acción. Y me gustaría continuar con las menciones de varios de los personajes que forman parte de esta película, pero probablemente les pueda arruinar algunas sorpresas. Solo agregaré que el carismático actor Karan Soni vuelve al volante con su vehículo amarillo en escena.
Como sugerencia amable lector, no compre palomitas, vaya solo al cine y no pierda lujo de detalle, ¡es más!, trate de no parpadear, porque se podría perder algunos de los cameos o algún guiño o burla al universo de DC!
En esta ocasión sí tengo una queja, además de que evidentemente el factor sorpresa que nos regaló la primera entrega es inexistente, el que Deadpool no rompa la cuarta pared como nos tiene acostumbrados en el cómic o en la primer película e incluso como en el videojuego, es como si Superman no volara y solo diera saltos con estilo.
Esta reseña se escribió escuchando Nobody Speak (feat. Run the Jewels) de DJ Shadow, parte del excelente soundtrack de «Deadpool 2». ¡Estrena el viernes 18 de mayo en cines!
Con imágenes cortesía de Fox México.
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