Por Asfaltos.
El domingo pasado vivimos el segundo debate presidencial, y después de éste, los diversos y muy variados postdebates. Si ya de por sí resulta confuso y cansado seguir a los candidatos presidenciales, ¿qué me dicen de chutarse a los presidentes de partido, voceros, asesores, chalanes, porristas, y demás? Como diría el Peje: «¡Zafo!»
En los postdebates todos pelean por tener la razón. Hay quienes traducen lo que sus gallos quisieron decir, y hay quienes se ponen más bravos que éstos. Al final, la charla es para arriba, para los intelectuales, para los pertenecientes al denominado «círculo rojo»; ese grupo de personas informadas, ese tipo de personas que tienen otra cosa por la cual preocuparse que no sea su día a día, la comida de mañana, la renta de la próxima semana…
¿Sabían que hay un denominado «círculo verde»? La Dra. Ivonne Acuña, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, afirma: es en el círculo verde «donde está la mayoría de la población, no están interesados en buscar fuentes alternativas de información, ni se preocupa por conocer a los candidatos y sus propuestas, y se conforman con lo que los medios de comunicación le ofrecen, en especial la televisión».
«En un lejano lugar retacado de nopales, había unos tipos extraños llamados intelectuales. Se la pasaban leyendo para ser sabios y doctos, pues no querían seguir siendo vulgares, tipos autóctonos. Los veías en los cafés llenos de libros profundos y en eventos culturales; oían conciertos rotundos, constantemente escribían poemas y cuentos cortos».
Rodrigo «Rockdrigo» Gonzáles ya notaba la presencia de esos extraños seres, de «Los intelectuales» a los que por cierto les dedicó una muy adecuada canción; a esos que hablan y hablan de cosas en las que no piensan quienes duermen preocupados por el desayuno de mañana, en la renta del próximo mes.
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