Interpol lanza en México «Marauder» a nivel mundial

Texto por Yuriko Alhelí Hidalgo Martínez.
Fotos por Yessica Daniels.

Un muro cubierto con una gruesa tela negra, diecinueve grados centígrados en el ambiente y la emoción de decenas de personas que esperaban la misteriosa develación de la sorpresa prometida por una de las bandas más aclamadas de los últimos años. Desde 1998 Interpol no ha dejado de sorprender a su público, desde los más fieles desde hace años, hasta los más jóvenes y recientes, y esta vez no es la excepción. Después de varios meses de espera, llega «Marauder», el sexto álbum de  estudio de la exitosa banda neoyorkina, pero no llega solo.

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Después de un rato de intriga y de varios minutos de mirar a algunos sujetos quitando todo aquello que aseguraba la tan extraña tela, ésta se vino abajo y los espectadores pudieron ver la portada del nuevo álbum de Interpol en forma de mural en Casa Picnic, ubicada en Avenida José Vasconcelos #117, colonia San Miguel Chapultepec. Nadie pronunció algún conmovedor discurso, ni presentó la interesante obra montada en plena Ciudad de México; los colores y formas del diseño hablaron por sí mismos. Fue fascinante ver que todos los detalles físicos del álbum estaban ahí, con una imagen correctamente plasmada del Procurador Fiscal, Elliot Richardson, quien en 1973 renunció dramáticamente después de rehusarse a seguir las órdenes del Presidente Nixon para despedir al fiscal especial Archibald Cox, quien estaba llevando a cabo la investigación del escándalo Watergate.

Paul Banks ha asegurado que «Marauder» es una faceta de él mismo, pero no una que tenga que salir a la luz en su propia persona, sino que es mejor dejarla plasmada en forma de arte. La realización de este material discográfico significó reclamos, regaños y ruptura de materia, tal como si se tratara de un grupo de adolescentes tras su primera aventura musical. El trío estadounidense está consciente de que su más reciente álbum se trata de un disco con sentimientos encontrados, donde existe cierto abrigo, pero donde también se hallan ciertas dosis de  seducción y enfado.

Imagen cortesía de Toni François.

La banda ha accedido a recibir consejos y ayuda de un productor, con la intención de satisfacer sus propios deseos y de alcanzar los objetivos planteados y más. Antes de escribir y grabar de manera formal, Sam se encargó de empaparse bateristas soul como Al Jackson Jr. (baterista de Otis Redding) y de productores funk de los 80 como Jimmy Jam y Terry Lewis. Gracias a este tipo de actividades, Interpol ha logrado, a lo largo de los años, convertirse en un estímulo tan fuerte que logra crear emociones en creadores y escuchas.

En cada una de las letras es posible vislumbrar a personas reales jugando roles distintos, a veces siendo el alma arrepentida que recuerda una relación, como en “Flight of Fancy” o el  tipo problemático, como en “The Rover”, sin embargo, la sensación predominante en este álbum es la de rendir cuentas. Este álbum está lleno de curiosidades, misterios y aventuras emocionales que harán sentir a muchos. «Marauder» se estrenará este próximo 24 de agosto y promete grandes cosas.