Por Asfaltos.
El actor y ex luchador profesional Dwayne «The Rock» Johnson, bien podría ser sinónimo también de un género de películas en el cine contemporáneo de los Estados Unidos. Entre sus más recientes trabajos «San Andreas» (2015), «Jumanji: Welcome to the Jungle» (2017) y «Rampage» (2018), podemos encontrar la presencia predominante de historias llevadas al límite siempre con la ayuda de muy costosos efectos visuales. Bien, eso es lo que nos encontramos con «Skyscraper» (2018) dirigida y escrita por Rawson M. Thurber.
La trama de la película es sencilla. Después de quedar malherido tras una misión que le costó una pierna, el ex agente del FBI Will Sawyer inicia una empresa de seguridad en China para así proveer a su familia compuesta por su mujer (Neve Campbell) y sus dos hijos. Recomendado por un amigo, Sawyer se prepara para una oferta que difícilmente podría rechazar: hacerse cargo del equipo de seguridad del rascacielos más grande no solo de Hong Kong, ¡sino del mundo!
El rascacielos -creado digitalmente para la película- se nos presenta como todavía más inmenso que el mismísimo Burj Khalifa de la ciudad de Dubái, y desde luego muchísimo más moderno y seguro que éste. La presentación de todo lo que compone a esta compleja construcción, es de entrada una de las maravillas de la película. Imaginar que se pudiera lograr una construcción de esas dimensiones y con esas ambiciones, es algo que vale ver en la pantalla grande.
Sawyer, sin embargo, no sospecha lo que está por venir. Una serie de eventos terminan por hacer de la gran oportunidad de celebración, en un asunto de auténtica vida y muerte. Un grupo armado toma control del edificio para amenazar al dueño de éste. Lo malo, tanto para Sawyer como para los invasores, es que la familia de Will queda en medio de la disputa. Sawyer, en efecto, emprenderá un rescate nunca antes visto.
La película cuenta de inicio con una premisa interesante. El propio rascacielos, la tecnología de éste y las escenas de acción son sin duda buenos elementos que se antoja disfrutar en la pantalla grande. Lamentablemente son tantas las ganas de que todo sea tan espectacular, que la película termina por presentar aspectos tan inverosímiles que uno en lugar de sorprenderse, termina mas bien por sentir gracia.
Existe una larga tradición de películas donde se involucran rascacielos. Tan solo «Infierno en la torre» (1974) y «Duro de matar» son las dos principales referencias de esta película. Sin embargo, en éstas, si bien no dejan de ser películas donde la imaginación es un componente importante, el ceñirse a lo que bien podría ser posible y real es uno de sus ingredientes más importantes. Porque se da la sensación de peligro, porque se crea una sensación de asombro.
Si «Rascacielos» optara por ser una película de superhéroes en donde el personaje de «The Rock» contara con poderes más allá de los normales, bien, lo compramos y la película funciona sin problemas. El asunto es que la cinta nos presenta muchos momentos imposibles que no hacen mas que sacarnos de la jugada de una película que se toma a sí misma y en exceso muy seria.
«Rascacielos» termina por ser entonces una película más, que si bien tiene sus elementos entretenidos, no hace mas que hacernos pensar que se trató de un reciclaje de cosas que ya habíamos visto en el cine, con el único añadido de que tenía que ser todo más grande y más espectacular, al punto de que terminó cayendo en lo inverosímil y prácticamente en lo ridículo.
Si les gusta una cinta absolutamente palomera y son ya afines a «The Rock» Johnson, «Rascacielos» la van a disfritar. Si prefieren ver algo que apuesta por lo mismo, pero con mayores riesgos en todos los sentidos, regresen a las ya mencionadas «Infierno en la torre» y «Duro de matar». «Rascacielos» se estrena hoy en cines comerciales.
Con imágenes cortesía de Universal Pictures México.
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