Texto y fotos por Yemmy Sierra.
Elizabeth ve cada vez más apertura en jóvenes para el uso de prendas textiles tradicionales con diferentes técnicas, antes era más discriminado. Lo que ahora preocupa son los plagios por diseñadores que se han apropiado de conocimientos que no les pertenecen. Ve un resurgimiento en las identidades, es un esfuerzo de los mismos artesanos y de la gente que habla su lengua y que está en constante lucha por reconocimiento, y que más que un rescate dan un contrapeso al luchar por lo que hacen y lo que son.
Elizabeth cree que toda cultura es dinámica y hay cosas que para permanecer se tienen que transformar, como colectivo les gustaría que todos tejieran sus técnicas y que supieran su significado y vistieran sus prendas, pero eso es una visión muy romántica. Hay transformaciones y los artesanos al querer vender sus prendas como medio para generar ingresos, se van adaptando; ejemplo de esto son las tejedoras de Chiapas que a través de unas jornadas de compartición aprendieron a tejer en telar de pedal porque sólo usaban el telar de cintura; cuando regresaron se dieron cuenta de que con lo básico que les enseñaron ya habían hecho otras cosas como fundas para tablet y para computadora. Aunque al principio pudiera ocasionar un shock, conservan la técnica, la iconografía, la historia que las reúne, las ganas de luchar y de resistir ante los desplazamientos que han tenido y aún cuando esté en una funda se puede reconocer de donde proviene.
Como colectivo están abiertos a los cambios, parte de los objetivos es promover la identidad de cada grupo, que al ver un textil se pueda saber de dónde proviene. Hay casos como su compañera Meztli de Milpa Alta que está trabajando para recuperar su vestimenta, en el traje de las que participan en La Flor Más Bella Del Ejido, y por medio de la impartición de talleres y recopilación de testimonio de las artesanas más ancianas. Hay muchos esfuerzos por hacer la recuperación, pero aceptan que todo cambia.
Los lazos que se tejen cada año son los que determinan con quién se va a trabajar, el año pasado fue dedicado a Veracruz, específicamente a la Sierra Zongolica ya que hay personas que trabajan en la zona y se hace un contacto, un tejido, un lazo. Miguel Ángel Sosme, quien es antropólogo, contactó a las artesanas para trabajar con ellas; él trabaja sobre la historia de las artesanas que son mayores, ya que en el estado no hay un reconocimiento hacia ellas porque está muy alejado del centro y demás factores que influyen.
El festival de este año fue dedicado al estado de Puebla por continuar con los lazos y porque desde que inició el festival hay personas de ese lugar que han estado muy comprometidas como Nereo Pérez, quien es un joven tejedor que desde su comunidad ha hecho mucho, y que durante el festival dio una conferencia magistral de atuendos, haciendo un recorrido histórico de los textiles y su transformación hasta llegar al tejido de gaza en el que él es experto. Hace dos años el festival fue dedicado a Guerrero y se realizó en Milpa Alta; surgió por la necesidad de resaltar la parte positiva de Guerrero como la gente trabajando en los textiles, la alegría de la música en un momento en que los medios sólo hablaban de la violencia. En ese festival se pudo juntar más la participación de músicos y fueron bandas que tocaron «chilenas».
No se abre una convocatoria con los artesanos, durante el año el colectivo trabaja y conoce más colectivos y cooperativos a través de redes, y buscan que estén vinculados con su comunidad y estén realizando un trabajo importante más allá de su propio interés.
Realmente el Festival Anual de Textiles es un evento imperdible, si no pudiste asistir, bien vale la pena que te des una vuelta por su página y veas las conferencias que quedaron grabada.
Yemmy Sierra. Amante de la artesanía, la comida, la vida y la buena compañía por lo que a menudo me encuentran en ferias y exposiciones junto a mi familia. Apasionada del aprendizaje, siento repentinos e intensos llamados que me han llevado desde estudiar japonés hasta loditos uno en cerámica. Me gusta sobreanalizar la vida, sumergirme en mis pensamientos, encontrar nuevos caminos, recorrerlos y desrecorrerlos. Aún conservo la esperanza en la humanidad y creo que cuando cambie yo, cambiará el mundo: he encontrado en el emprendimiento la manera de sublimarme.
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