Por Asfaltos.
La promoción le sirve a una película para que la gente se anime a verla. Elementos tan básicos como la elección del nombre, hasta otros más complejos como la creación de un póster y de los avances previos, terminan por sumar para que se inicie en principio una expectativa que posteriormente se busque saciar con el consumo final del producto en una sala de cine. Pues bien, parece que con «Amar o predicar» (2017) la promoción resulta un tanto contraria, o de menos un tanto confusa.
El nombre en inglés de la película es «The Good Catholic», lo que de entrada nos hace pensar en una cinta sobre un personaje cuyas buenas creencias en la religión católica marcarán la trama. Pues bien, cuando se ve el póster de la película podemos asumir que el personaje mencionado es un sacerdote, y también que la película contendrá un mensaje aleccionador en tiempos turbios para la religión. ¿Y cuando vemos el tráiler? Nos encontramos, en efecto, con que se trata del dilema de un sacerdote por «Amar o predicar». ¿Entonces?
La cinta nos presenta al padre Daniel, un joven sacerdote que se encuentra una noche de confesionario a una joven chica con la que de inmediato conecta. Viviendo junto a los también padres Víctor y Ollie, Daniel empieza a cuestionarse varios temas a partir de las charlas con la joven llamada Jane; inclusive, hasta su propia fe.
Por el título original de la película podría uno pensar que se encuentra frente a una película aleccionadora sobre los buenos valores religiosos, idea que incrementa con el póster elegido para su promoción. Sin embargo con el avance y con el título que se le dio en México, la idea de la cinta cambia. No es en una cinta que busca adoctrinar a los espectadores en la fe católica, por lo que a quienes podría repeler o atraer, termina finalmente por engañarlos.
La película, como sí marca el título en español y también sus avances, básicamente se cuestiona el amor más allá de cualquier creencia, sea ésta de tipo religioso o de tipo pasional. «Amar o predicar» es entonces una reflexión sobre el amor, que sin embargo para complacer por lo menos a algún público termina por caer en clichés que no le hacen al final mayor favor. Al final el destino al que la película nos lleva no es tan interesante como sí lo resulta el trayecto.
En gran parte los aciertos de la cinta descansan en los dos padres mayores que acompañan a Daniel. El padre Víctor, interpretado por Danny Glover, es el líder del pequeño grupo; un hombre con la fe consumada, pero sobre todo con la sabiduría que el tiempo le ha otorgado. Duro, sin embargo, Víctor no deja de comprender a sus dos más jóvenes compañeros. Por su parte el padre Ollie -mi personaje favorito-, interpretado por John C. McGinley, sirve como balance entre la juventud de Daniel y la madurez de Víctor. Para Ollie la sabiduría está en el disfrute de las cosas más simples, quizá llevadas al extremo a ojos de Víctor, pero más terrenales a ojos de los espectadores.
El balance entre los personajes secundarios hace entonces que los dos personajes principales, Daniel y Jane, no terminen por andar a la deriva en una cinta que podría terminar resultando intrascendente. Si bien la película no es del todo espectacular, sí termina por dejar una huella interesante por el desarrollo de los padres ya destacados. Es precisamente ese disfrute del trayecto al que me refería anteriormente.
«Amar o predicar» es entonces una película que se disfruta por esos momentos de sencillez plasmados en el guion. Además de sus papeles, ya solo ver juntos a dos actores como Danny Glover y John C. McGinley, es algo por lo que vale la pena ir y disfrutar de la película.
¿Qué dicen? ¿La ven y la comentamos? «Amar o predicar» estrena mañana viernes 17 de agosto en cines nacionales.
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