«Carnívoras»: el miedo a la carne

Por Ady’e Rueda.

El terror es un género que no tiene límites claros porque se esconde bajo diversos matices y situaciones que van de lo fantástico a la cruda realidad. El miedo es tan noble que se acurruca en los brazos de espectros, brujas, demonios y se cobija también en las atrocidades de asesinos seriales, en los estragos de la vejez, la soledad y la locura.

La psique humana es tremenda protagonista de los más cruentos relatos de terror en los que el suspenso y tensión constante, genera en los espectadores conciencia de un miedo latente aún no reconocido, como el simple hecho de comer carne para sobrevivir. Porque, aunque veganos, consumimos carne todo el tiempo para existir: somos caníbales metafóricos y vampiros de energía.

El primer largometraje de los hermanos Jérémie y Yannick Reneir retrata con elegancia ese ser devorador oculto en el interior de quienes vivimos en la sociedad de los grupos familiares. Un par de hermanas huérfanas de padre establecen una relación codependiente muy a pesar de sus grandes y notorias diferencias de personalidad. Por un lado Sam, es extrovertida, desinhibida, hedonista y despreocupada y, por otro, Mona, es disciplinada, solidaria y posesiva.

Mona pasó toda su vida estudiando arte dramático sin tener mucha suerte en los castings, mientras que Sam en un golpe de suerte es “descubierta” por un reconocido director quien le da el papel central de su nueva película y que por supuesto la lanzará a la fama. Sin trabajo ni vida social, Mona pide asilo en el hogar de Sam donde ayuda con los quehaceres, el cuidado de su sobrino y con la actuación de la inexperta nueva estrella.

La actuación es una profesión que exige del cuerpo y la mente concentración, quiebres y transformaciones; Sam no puede con ellos ni con los reclamos constantes de su esposo por el descuido hacia su pequeño hijo. La mujer se rompe alejándose de todo y todos. Una ausencia dolorosa para la familia y fructífera para el cineasta que ve en esa desaparición repentina una oportunidad para crear una nueva cinta polémica centrada en el limbo en el que su antigua protagonista se encuentra.

La madre de las contradictorias hermanas sospecha de la muerte de Sam e insta a Mona a por fin hacerse cargo sólo de ella misma y sus necesidades. Enojada por el aparente desdén con el que la madre y el director tratan la delicada situación, Mona lucha en contra de sus propios deseos hasta que las oportunidades tocan a su puerta: Manu, el esposo de Sam le ofrece un camino para el amor mientras que el artista le pide sea ella la actriz estelar en la cinta sobre su desaparecida hermana.

Por fin todos los anhelos de Mona se materializan y su ser en la sombra parece desvanecerse: toma de las viejas cosas de su hermana maquillaje y ropa para su nueva vida de rodajes, de esposa y madre ejemplar. Pero toda esa felicidad se ve interrumpida cuando Sam llama por teléfono desde un lugar lejano. Es el momento álgido en el que Mona tendrá que tomar una decisión entre enfrentar sus complejos para finalmente devorar a Sam y continuar cargando de sentido a su existir, o bien entregarle de nuevo a la egoísta y liberal pariente su vida en bandeja de plata.

 

«Carnívoras» es una propuesta distinguida en historia y fotografía, tiene tomas poéticas muy acertadas y un ritmo veloz que puede conducir previsiblemente al desenlace; la pregunta que se hace el espectador no es en qué terminará sino cómo. El terror de esta historia se expresa en la rivalidad familiar, en la búsqueda de aprobación y sentido, en la relación amor odio que conlleva irremediablemente el compartir los días con carne de nuestra carne; el crimen potencial en el interior de todo ser.

«Carnívoras» estrena mañana viernes 5 de abril en cines nacionales.