El día de la inaguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 en twitter se utilizó la etiqueta #SiLasOlimpiadasFueranEnMéxico; curioso, porque en 1968 las Olimpiadas sí fueron en México. Me preguntaba si la memoria de muchos de los «tuiteros» había olvidado que hace 44 años se había realizado por vez primera en Latinoamérica una edición de los Juegos Olímpicos. No deberíamos olvidarlo, ya que México a pesar de las adversidades, hizo un muy digno papel.
La situación no fue fácil. El 2 de octubre, diez días antes del inicio de la justa olímpica, el gobierno mexicano había acabado con la vida de decenas de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas. 1968 fue un año difícil que presionó a los organizadores a tener una fiesta a la altura de las expectativas. La prensa internacional criticó la sede debido a la altura de la capital mexicana (2,300 metros sobre el nivel del mar) temiendo que fuera barrera para los deportistas, así como a la idea de que al ser un país del tercer mundo México sería incapaz de organizar el evento. Curioso, se tenía miedo de dejar en manos de un país que no formara parte de la élite mundial la organización de una fiesta que por naturaleza es incluyente.
México 1968 quedaría por muchos años como ejemplo de unos Juegos Olímpicos a la altura de las mejores. Se rompieron varias marcas mundiales que quedaron vigentes por más de dos décadas, asistieron más de 9 millones de extranjeros, la justa fue observada por más de 600 millones de espectadores y además se televisó a color por primera vez la ceremonia de clausura. Los Juegos Olímpicos de México 1968 fueron los primeros en los que la pista de atletismo del estadio olímpico se elaboraba con tartán y su diseño de imagen marcó tendencia y fue admirada por muchas partes en el mundo (hoy día le siguen considerando como uno de los diseños más creativos).
El recorrido de la antorcha fue igualmente especial. El 23 de agosto de 1968 el Fuego Olímpico fue encendido en Olimpia, Grecia. El trazado del recorrido de la antorcha fue obra del Comité Organizador Mexicano. La idea consistió en seguir la ruta de Cristóbal Colón en su primer viaje a América. De esa manera las culturas clásicas del Mediterráneo se juntarían con las de América. Grecia, Italia, España y El Salvador fueron los sitios previos que recordaron el camino del navegante genovés. El 6 de octubre de 1968 la flama llegó al Puerto de Veracruz. 17 nadadores recibieron la antorcha y la llevaron a tierra firme. Veracruz, Puebla, Tlaxcala y Teotihuacán fueron los sitios que recorrería la flama antes de encender el Pebetero Olímpico por vez primera por una mujer (Enriqueta Basilio).
Las condenas de que los Juegos Olímpicos serían un fracaso se olvidaron ante lo que fue un Comité Organizador a la altura. México, una nación antes despreciada por unirse a los anfitriones de la máxima justa deportiva, mostró que podía con la enorme tarea. El reto de México fue organizar los Juegos Olímpicos, y el reto se cumplió, pues México 1968 quedará siempre grabada en la memoria de quienes le presenciaron.
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