El tiempo es implacable, pero también el descuido y el olvido; esos son los factores que tienen hoy día a la mayor parte de las instalaciones olímpicas de México 1968 en los estados actuales. Es cierto, algunas de ellas se han mantenido mejor que otras, pero también es cierto que muchas de ellas son solo un recuerdo vago de la gloria que tuvieron hace 44 años. La tecnología ha rebasado a las instalaciones olímpicas en una ciudad que ha adolecido de centros deportivos de calidad desde hace mucho tiempo.
Foto: El Auditorio Nacional fue sede de la gimnasia olímpica.
En la ciudad de México se construyeron centros deportivos para la ocasión y se adaptaron otros tantos para su uso durante los Juegos Olímpicos. La estrella indiscutible fue el Estadio Olímpico Universitario que fungió como la sede principal de México 1968. Inaugurado en 1952, el estadio tuvo una serie de modificaciones para la ocasión como la instalación de elevadores, la colocación de un tablero electrónico, el acondicionamiento de campo y pistas, así como la ampliación de 70 a 83 mil 700 butacas, entre otros cambios.
Foto: El Palacio de los Deportes se construyó con motivo de los Juegos Olímpicos de México 1968.
Las instalaciones que se construyeron para la ocasión fueron la Alberca Francisco Márquez, el Gimnasio Juan de la Barrera, la Pista Virgilio Uribe, el Palacio de los Deportes Juan Escutia, el Velódromo Agustín Melgar, la Sala de Armas Fernando Montes de Oca, el Polígono de Tiro Vicente Suárez (en el Campo Militar No. 1) y el Estadio Cuauhtémoc (en Puebla). De esas instalaciones solo el Palacio de los Deportes y el Estadio Cuauhtémoc siguen sirviendo para eventos de alto nivel (probablemente el Palacio de los Deportes ya cada vez más en desuso). Las otras instalaciones han sido rebasadas y sirven para otros eventos o para competencias menores.
Foto: El Teatro Insurgentes fue sede del levantamiento de pesas.
Otras instalaciones ya existentes fueron acondicionadas para servir como sedes olímpicas. En la ciudad de México se contó con el Estadio Municipal (hoy se le conoce como el Jesús Martínez «Palillo»), sede del hockey sobre pasto; el Auditorio Nacional, sede de la gimnasia; el Campo Marte, para las pruebas ecuestres; el Campo Militar No. 1, sede del pentatlón moderno y también de las pruebas ecuestres; el Teatro Insurgentes, sede de la halterofilia; la Pista de Hielo Revolución (hoy inexistente), subsede del voleibol; el Estadio Azteca, evidente sede principal del fútbol; y la Alberca de Ciudad Universitaria, subsede del waterpolo.
Fuera del Distrito Federal las ciudades de Acapulco (Club de Yates, sede de la vela), Avándaro (Club de Golf Avándaro, sede de la prueba de los tres días), Guadalajara (Estadio Jalisco, subsede del fútbol) y León (Estadio León, subsede de fútbol) fueron también parte de la fiesta olímpica que llegaba por vez primera a América Latina.
Bibliografía.-
Roberto Casellas, México 68, Confidencias de una Olimpíada, México, Jus, 1992.
BUEN ARTICULO PERO BREVE, ME QUEDE CON LAS GANAS DE SABER MAS DEL TEMA. FELICIDADES.
Ya le dijimos a Enrique que amplíe sobre el tema en una próxima edición. 😉 ¡Saludos!