¿Alzheimer en México?

Por Elizabeth Aguilar Quintana.

Nadie pregunta por aquello que prefiere ignorar. [1]

No hay duda alguna que tener una visión de nosotros a futuro y una misión es de suma importancia para desarrollar objetivos específicos, sin embargo ésta debe estar basada en valores y no pasar por encima de cualquiera a fin de conseguir lo deseado. Así mismo es fundamental nunca olvidar el pasado para no repetir los mismos errores y siempre mantener una prospectiva de nuestro futuro para exigir a nuestros empleados, a decir, los servidores públicos, un desempeño que vaya acorde con sus sueldos.

¿Alzheimer en México?

Los mexicanos alzaron la voz el mes pasado, pero eso no bastará, existen muchas preguntas en el aire entorno a distintos aspectos; los mexicanos son un pueblo que lucha y trabaja día a día, sin embargo la realidad siempre va de prisa atendiendo a lo urgente y no a lo importante.

La educación, la inversión en tecnología, en proyectos que fortalezcan el crecimiento de nuestro principal recurso, los jóvenes, el deporte, todo ello se deja del lado. La realidad de los mexicanos es “todo lo que existe en el momento” o “todo a lo que le damos sentido”; las palabras, las imágenes, los sonidos se acortan, no hay tiempo de mirar ni de esperar sentado; corre, corre, corre, solo da un vistazo y sólo una síntesis llenará tu necesidad de conocer, de comprender y de aprender. Se vive de mentiras que sólo empeoran las cosas, pero, ¿cuál es la reacción correcta ante las situaciones adversas, cómo se supone que debes actuar?

La historia se borró de los libros, la ética se eliminó de las mentes de los niños, las marchas, la lucha de personajes a lo largo de la historia quedó como eso, sólo una historia. Los mexicanos estamos enfermos de Alzheimer, el hambre compra las políticas públicas y la avaricia mueves los hilos de unos cuantos.

Los jóvenes mexicanos debemos desempolvar los libros, abrir nuestras mentes, cultivar la semilla de conocimiento que se nos ha implantado, usar la sabiduría para hacer crecer nuestra casa, no para frenar el desarrollo de las futuras generaciones. La rectitud debe guiar nuestro actuar en el escenario del cual estamos participando, fomentar la cooperación para el desarrollo, organizarnos y participar. La mejor cura para la falta de memoria es el conocimiento, la ignorancia solo facilitará la manipulación y el retroceso de nuestro país. Si bien no siempre se puede estar de acuerdo, si podemos colaborar para construir un castillo sólido y no de naipes.