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Por Daniela García Vega.
Respeto por la tierra, valorar a los productores y un consumo consciente es lo que el movimiento Slow Food propone; y busca que todos nos sumemos a esta importante causa en busca de un mundo y una vida mejor para todos.
Este movimiento nos enseña que dentro del disfrute de nuestros alimentos se encuentra el hacer un consumo responsable e inteligente, es decir, disfrutando de aquellos alimentos que no han dañado el orden de la naturaleza, que no son resultado de una producción masiva y estandarizada y que además son característicos de nuestra cultura y de nuestra región. Uno de los puntos importantes que trata Slow Food es la preservación de las cocinas locales de cada región.
Siempre será más grande el placer de una comida natural, que es buena, limpia y justa y con la cual yo me identifique. Los puntos anteriores son uno de los fundamentos del movimiento, es buena porque es fresco, natural, de temporada y parte de la cultura del que la consume; limpia porque no daña al medio ambiente ni a los animales ni a nuestra salud; y justa porque se pagan precios justos por los productos beneficiando a los pequeños productores.
Slow Food es más que una idea, es una forma de vida donde se debe respetar la magnífica creación de la madre tierra de tal manera que todos los seres vivos vivamos en armonía disfrutando de los placeres que la naturaleza nos provee de manera responsable.
Recuerda, cuando vayas a consumir tus alimentos RECONOCE todo lo que está detrás de ellos y valora lo que la madre tierra hace por ti y si tú haces lo mismo por ella.
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