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Por Asfaltos.
Comenzamos la semana con una noticia muy triste en el entorno musical. Se nos ha ido la Dama del Tequila, la gran Chavela Vargas. Se nos ha ido, sin embargo, su voz áspera nos acompañará por siempre; Chavela Vargas no murió, como bien se marca en el texto homenaje que le dedica Enrique F. Anaya, Chavela Vargas trascendió. No puedo ser ajeno a este acontecimiento, por lo que en este espacio musical de cada lunes, un pequeño tributo musical a esta grandiosa mujer.
Cuando se habla de compositores mexicanos, normalmente se mencionan a dos, a Agustín Lara y a José Alfredo Jiménez. Yo, la verdad, siempre me quedaré con el guanajuatense. José Alfredo interpretaba sus canciones, sin embargo, lo suyo lo suyo no era eso; lo suyo era la composición y es ahí donde brilló con mayor fuerza. Quizá una de sus mejores intérpretes fue su amiga Chavela Vargas.
Yo los dejo con Las ciudades, original de José Alfredo Jiménez, la canción que regresó a Chavela Vargas a la popularidad después de un largo receso. En su autobiografía Y si quieres saber de mi pasado, «La Vargas» confiesa que un español, de nombre Manuel Arroyo, se paraba cada viernes en un sitio llamado El Hábito para pedirle Las ciudades.
«A veces la prensa y el público son injustos, y suponen que fue Pedro Almodóvar el que me llevó a España y el que me abrió las puertas de nuevo en Europa. No es verdad: el nombre que debe aparecer es el de Manuel Arroyo, y solo él sabe contra que ha tenido que luchar para que yo volviera a ser lo que soy en España».
Para escuchar más de Chavela Vargas, así como de los múltiples y merecidos homenajes que se le rendirán, no dejen de suscribirse a su SoundCloud, darle like en facebook, un follow vía twitter y visitar su sitio oficial.
Chavela Vargas recibirá dos homenajes de cuerpo presente. El primero hoy lunes a las 17 horas en Garibaldi; el cuerpo permanecerá toda la noche. A las 13 horas del martes, después de ser escoltada por mariachis hacia el Palacio de Bellas Artes, se le rendirá el segundo homenaje. Su cuerpo será incinerado y sus cenizas serán esparcidas en el Cerro del Chalchi, en Tepoztlán, Morelos, donde vivió sus últimos años.
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